En España nos encanta Italia, y viceversa. De hecho, nos parecemos en muchas cosas, una de ellas -no la más positiva precisamente- es la desigualdad norte-sur, y los agravios que supone para los que somos meridionales. Pero también hay diferencias: aquí las mafias todavía no dominan nuestras vidas como lo han hecho durante décadas en el país del Gattopardo. Así, en España se usa el término "mafia" como algo épico o divertido, pese a que es asimilable a cualquier grupo terrorista, tanto por el número de víctimas como por los métodos que utilizan.

En este sentido, de Italia nos llaman mucho la atención las numerosas intervenciones del Estado en ayuntamientos por infiltración mafiosa. Aquí éramos ajenos a esto hasta la Operación Malaya y la intervención del Ayuntamiento de Marbella hace 11 años. Fue la primera y la última vez a pesar de las ramificaciones de la operación en otros ayuntamientos y los cientos de casos de corrupción que se han destapado, muchos de ellos relacionados con el crimen organizado. Entre ellos vuelve a destacar Atarfe, cuyos casos de corrupción incluyen conversaciones telefónicas entre altos cargos del PSOE interceptadas en investigaciones por narcotráfico.

Si no se hubiera cambiado de alcalde en Granada tras la Operación Nazarí, algunos opinaríamos que era necesario disolver el Ayuntamiento y crear una gestora. El tiempo nos da la razón, pues casi todos los meses estalla un nuevo caso vinculado al PP granadino. Eso sí, las auditorías prometidas por el PSOE siguen sin llegar y, pese a todo, al Gobierno municipal le cuesta horrores acudir a la justicia. De hecho, el último escándalo que señala supuestas contrataciones ilegales en Emucesa ha estallado meses después de que sea la portavoz de Vamos, Granada, Marta Gutiérrez, quien solicitara información al respecto. Sin embargo, el informe ha llegado a un periódico antes que a la edil peticionaria, curiosamente el mismo día que vemos sentado en el banquillo de los ERE a medio consejo del Gobierno de Chaves.

Los partidos de la vieja política siempre recurren a la cantinela del "y tú más" y, después de todo lo ocurrido con sus gobiernos, ni han depurado responsabilidades, ni han devuelto lo robado, ni tampoco han desarrollado mecanismos para evitar la corrupción. Muy al contrario, se siguen tapando las vergüenzas unos a otros y, en el caso del PP, hasta han tenido la desfachatez de intervenir el Ayuntamiento de Madrid al que acusan de no cumplir con la austeridad, a pesar de haber reducido en 2.000 millones la deuda heredada de gobiernos que estaban manchados por la corrupción y las mafias locales y que quizás en Italia hubieran sido intervenidos.

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