Hace cuatro semanas ya advertí que había que tomar medidas urgentes e inmediatas de confinamiento total de la ciudadanía, de cierre de fronteras y de cancelación absoluta de vuelos y demás transportes -no había más que mirar a China para saberlo- para evitar la propagación del coronavirus que desgraciadamente padecemos hoy en España, con un pico de muertos y contagiados que crece a velocidad de vértigo.
Es cierto que Granada ha sido de los últimos territorios en sumarse a los afectados por el Covid-19, hay quien apuntaba a que por ser reino, montañoso y aislado o porque la cerveza Alhambra nos protegía -siempre hay lugar para algo de humor-, pero ha sido cuestión aleatoria, y los granadinos estamos demostrando un comportamiento ejemplar y responsable ante esta crisis sanitaria.
Pero, aunque los ciudadanos estemos haciendo lo correcto, el incompetente gobierno sanchista está demostrando una ineptitud inimaginable. Y mientras se multa a unos -bien multados-, Iglesias viola la cuarentena por el coronavirus de Montero en el pasado consejo de ministros, y Sánchez probablemente también por el de su mujer. Es un delito ¿Qué podemos esperar de esta gente? El oportunismo político del 8-M -Calvo, las Montero… y el propio Simón animaron a las mujeres a lanzarse a las calles- estuvo por encima de salvar vidas a sabiendas de la grave situación que al día siguiente sí reconocía un desaparecido Sánchez. Si tuvieran decencia política dimitirían, pero no la tienen.
Mientras las fronteras aéreas sigan abiertas y funcionen los transportes -encima con menos frecuencia, hacinados de gente que va a contagiarse y contagiar a muchos otros más- no se avanza hacia la contención de un súper contagiador, que es evidente que no sólo se contagia si nos escupen, estornudan o tosen encima.
Mientras unos estemos confinados y gentes irresponsables violen sus cuarentenas o salgan a la calle mintiendo a las autoridades sobre a dónde van -lo de las peluquerías era de traca, ni el gremio quería abrir-, no se va a conseguir la contención.
Esperemos que en breve nuestros héroes sanitarios no tengan que elegir a quién salvan y a quien dejan morir como ya está pasando en Italia ¿a un señor de 60 años que ha cotizado 35 o a otro de 22 multado por estar de juerga en estado de alarma? Todo el mundo tiene derecho a ser igualmente atendido y no llegar a ser discriminado por la edad.
Este irresponsable gobierno deberá responder por muchas muertes evitables. Sepan que las decisiones tajantes pero que salvan vidas no son de fachas…
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