Rosa de los vientos

Pilar Bensusan

bensusan@ugr.es

El tamborilero andaluz

Poco le importa a Andalucía lo dicho por la Alta Inspección del Estado en su informe sobre adoctrinamiento y libros de texto

Anonadados nos hemos quedado cuando hemos sabido que la Federación de Gremios de Editores de España ha denunciado las presiones que recibe de las CC AA para que introduzcan en los libros de texto escolares sus "caprichos territoriales", nunca mejor dicho.

Y es que con una absoluta falta de respeto a la Historia y a la libertad de cátedra, consejeros, viceconsejeros y directores generales autonómicos no se han cortado un pelo en exigirles que tales manuales se ciñan a unos determinados contenidos ideológicos, aunque sean históricamente falsos.

Lo de Cataluña y su inventada Corona Catalanoaragonesa, Wilfredo el Piloso, aunque sea el Velloso, y la inexistencia de los Reyes Católicos, era de esperar, así como que Valencia censurase un libro de Lázaro Carreter que sostiene que el valenciano es un dialecto del catalán. Pero reconozco que me ha sorprendido enormemente que Canarias quiera obviar la existencia de los ríos porque no tiene, y más aún la pataleta de Andalucía porque a un libro de Música le faltaba citar al tambor rociero.

¡Qué catástrofe! ¡Qué imperdonable ausencia! ¡El famosísimo y mundialmente conocido tambor rociero no aparecía en el libro escolar de música! ¡Los alumnos se iban a quedar sin semejante enriquecimiento cultural e histórico sin parangón alguno, que junto con la flauta rociera, conforman en sumun de la cultura andaluza, del viva Sevilla y olé!

Es evidente que a Andalucía -como a las demás CC AA mencionadas- le importa bien poco lo que dijo la Alta Inspección del Estado en su famoso informe sobre adoctrinamiento en los libros de texto, y siguen adoctrinando descaradamente, erre que erre, cual tamborilero, rociero y andaluz, que mantiene a golpe de tambor sus mantras sobre su "nacionalidad histórica", bandera bética, himno inventado y presunto padre de la patria o matria también imaginario, en el convencimiento de que a base de mucho repetir pasarán a ser verdades históricas.

Me gustaría preguntarles a estos adoctrinadores descarados, ¿dónde quedó la enseñanza de Granada y su reino? ¿Dónde el fracaso de la Asamblea de Córdoba de 1933? ¿Dónde la diferenciación territorial entre Granada y Andalucía hasta el inconstitucional pucherazo del 81? La lista de agravios educativos sobre nuestra realidad histórica y territorial es interminable.

Por más que se empeñen en nuestro adoctrinamiento, los granadinos conocemos nuestra gran historia y nuestro nefasto presente y no nos plegaremos a los falsos toques de tambor de ningún tamborilero andaluz.

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