Cambia, todo cambia

No nos toquen la olla

La gente puede gestionar mejor los proyectos de la ciudad que las empresas multinacionales o los políticos que actúan a su servicio

En el Siglo XIV Ambrogio Lorenzetti pintó en el Palazzo Pubblico de Siena la Alegoría del Buen y el Mal Gobierno. Entre los muchos detalles que llaman la atención de esta magnífica obra, destacaría la importancia del campo y su relación con la ciudad como elemento clave del buen gobierno. Y es que desde su fundación las urbes han sido alimentadas preferentemente por sus espacios agrarios más cercanos constituyendo un todo inseparable.

Aunque el carácter colonial de la Granada católica supuso el sucesivo y creciente predominio de cultivos para la exportación, la Vega de Granada siempre fue la parte más importante de lo que llamamos la cuenca alimentaria de la ciudad. Así, para poder proteger y dinamizar la Vega de Granada es necesario que este territorio vuelva a ser la base de la alimentación urbana. Las asociaciones que han organizado la Semana de la Vega lo tienen clarísimo, a diferencia de los dirigentes políticos de las instituciones granadinas que chapotean constantemente en el barro de las contradicciones. Una de ellas, es la posible venta del comedor ecológico del Colegio Público Gómez Moreno a una empresa de cátering madrileña ligada a los gobiernos autonómicos del PP.

Si en Sevilla siguen sin reconocer el valor de nuestra Vega, debemos recordarle a Francisco Cuenca que Lorenzetti pintó su fresco del buen gobierno en su ayuntamiento asumiendo el papel clave de los gobiernos locales en el futuro de sus territorios. Sin embargo, el alcalde ha vetado que el pleno municipal vote la moción de apoyo a este proyecto presentada por la portavoz de 'Vamos, Granada' Marta Gutiérrez. Y sólo después de numerosas presiones, ha anunciado el PSOE una iniciativa al pleno. Ahora le toca defender a Granada frente a Susana Díaz, y que no se le ocurra ponerse de perfil como con la fusión hospitalaria, pues sería otro grave error subestimar la preocupación de las familias por la comida que se sirve en las escuelas y la importancia que tiene el Gómez Moreno en este contexto.

Algunos han llegado a decir que es sólo un comedor, pero en realidad es mucho más, es el ejemplo de que se puede alimentar a nuestros hijos e hijas con la comida que se produce de manera sostenible en nuestras tierras. Es el ejemplo de que los comedores de la escuela pública pueden ser espacios para mejorar la salud y la educación del alumnado. Y también es el ejemplo de que la gente puede gestionar mejor los proyectos de nuestra ciudad que las empresas multinacionales o los políticos que actúan a su servicio. Así que, como decimos en Granada, no nos toquen la olla.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios