escándalo en la iglesia El caso 'Vatileaks' adquiere un giro inesperado

El mayordomo sospechoso

  • La detención de Paolo Gabriele, el hombre quizá más cercano al Papa, como responsable de robar y filtrar documentos secretos conmociona al Vaticano

Estaba muy cerca del Papa, más cerca que nadie. El mayordomo personal de Benedicto XVI, Paolo Gabriele, es sospechoso de ser quien filtraba información reservada a los medios informativos, confirmó el sábado el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi.

Desde hace meses, el escándalo conocido como Vatileaks tiene en vilo a la Santa Sede, tras la filtración de temas espinosos como un presunto complot para matar al Papa y casos de nepotismo o mala administración del dinero vaticano.

Hace una semana apareció además el libro del periodista Gianluigi Nuzzi titulado Sua Santità, que contiene correspondencia privada de Benedicto XVI, nuevas revelaciones y un anexo con numerosos facsímiles y documentos. El Vaticano anunció una respuesta decidida y la puesta en marcha de medidas legales contra los responsables de las indiscreciones.

Ahora el ayuda de cámara del jefe de la Iglesia católica se encuentra en una celda en el Vaticano, que investiga el caso. En un registro efectuado en su casa se encontró gran cantidad de documentos que no debían estar en sus manos.

El Papa reaccionó manifestándose "triste y afectado" por una situación muy dolorosa, según señalan fuentes cercanas al Pontífice.

Los medios describen al mayordomo, llamado cariñosamente Paoletto, como un hombre elegante. De 46 años, tiene tres hijos y trabajaba en el Vaticano ya en los tiempos de Juan Pablo II. En 2006 se convirtió en el sucesor de Angelo Gugel. Ayudaba al Papa a vestirse, le servía a la hora de comer y preparaba su dormitorio. Viajaba además con él: las fotos lo muestran al lado de Benedicto XVI en el papamóvil. Y tenía todas las llaves: de puertas, escaleras, ascensores, aposentos.

La discreción es la máxima que rige toda la labor del mayordomo, que junto con los secretarios privados Georg Gänswein y Alfred Xuereb formaban lo que se conocía como la "familia" del Papa.

El propio Vaticano se refirió al goteo de indiscreciones de los últimos meses como Vatileaks, en alusión a la publicación de documentos diplomáticos estadounidenses reservados por parte de la web Wikileaks. Los medios italianos atribuyeron el caso a una lucha de poder en el seno de la Curia.

En algunos de los documentos filtrados se hablaba asimismo del banco del Vaticano, el IOR. Por ello, al conocerse que su presidente, Ettore Gotti Tedeschi, había sido forzado a dimitir, se vinculó el hecho con Vatileaks. Sobre todo porque no se dieron a conocer los motivos exactos por los que el consejo de administración del banco retiró su confianza al funcionario el jueves.

El Vaticano se limitó a decir que Tedeschi no había cumplido con ciertas obligaciones urgentes pese a haber sido instado reiteradamente a hacerlo. El propio Tedeschi dijo que por respeto al Papa no se defendería de las acusaciones: "Mejor que me calle, porque si no diría cosas que son ciertamente desagradables".

Detrás de los muros del Vaticano se multiplican las preguntas y las dudas. Un sacerdote que confesaba al mayordomo dijo a la prensa que lo conoce desde hace muchos años. "Y si estas acusaciones son ciertas, a partir de ahora no se podría confiar en ningún ser humano". Tampoco entiende qué motivos tendría Gabriele para hacer públicos los documentos, añade el sacerdote, ya mayor y que pide no ser identificado. "Él ama a la Iglesia y al Papa".

De hecho, no está claro que una sola persona pueda ser responsable de todas las filtraciones. Por eso no se descartan más detenciones.

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