Año a año

2003: El año del fiasco del Circo del Arte y en el que Torres Hurtado acaba con el Tripartito

La nevada del 10 de enero dificultó el tráfico rodado en las carreteras granadinas La nevada del 10 de enero dificultó el tráfico rodado en las carreteras granadinas

La nevada del 10 de enero dificultó el tráfico rodado en las carreteras granadinas / GAA

En 2003 hubo una intensa nevada que cubrió toda la provincia excepto la Costa Tropical. El día 10 de enero todas las calles de Granada amanecieron blancas. Los contornos de la Alhambra nevados ofrecieron unas vistas impresionantes que hicieron las delicias de los fotógrafos. La imagen de los palacios nazaríes con una capa blanca por encima salió en todas las televisiones de España. En cuanto a la provincia, las comarcas de Guadix, Baza y Huéscar fueron las más afectadas. Hasta quedaron en ellas varios municipios aislados. El uso de las cadenas en los automóviles fue generalizado en más de una veintena de carreteras de la provincia.

El refrán dice que si hay un año de nieves hay un año de bienes. Pues en esta ocasión resultó cierto porque 2003 fue uno de los mejores para el sector primario. Se registraron cosechas agrarias importantes, sobre todo en el sector olivarero y el de las frutas tropicales como el aguacate y la chirimoya.

Aunque no sería un año bueno para el Tripartito, que perdió el gobierno del Ayuntamiento de la capital. Durante el mandato de la citada coalición política se revisó el PGOU aprobado durante el gobierno de Díaz Berbel, se impulsó el Campus de la Salud, se potenció la relación con la Orquesta Ciudad de Granada y se creó el bono turístico para atraer a visitantes. E incluso se soñó con que Granada pudiera organizar unas Olimpiadas de Invierno en 2010. Pero también se tomaron decisiones muy polémicas. Una de ellas fue la supresión de la fiesta de la Toma de Granada, que enervó a muchos granadinos. También se conocieron los gastos suntuarios de algunos concejales en los viajes de promoción de la Olimpiada invernal y se había suscitado un agrio debate ciudadano en torno al famoso caballo encaramado en la Casa Consistorial. Todas estas polémicas fueron aprovechadas por el Partido Popular en las elecciones municipales del 25 de mayo, en donde vence por mayoría absoluta José Torres Hurtado.

A nivel nacional el PP estaba en entredicho por la gestión del hundimiento del Prestige y con el alineamiento del entonces presidente José María Aznar con Estados Unidos en el conflicto de Irak, pero a nivel local esos argumentos no supusieron una merma en los apoyos al PP, tal y como vaticinaban algunas encuestas. En Granada capital obtendría la mayoría de los votos y se beneficiaría, con nada menos que catorce concejales, de la desaparición del Partido Andalucista del consistorio. En la provincia el PP también conservó todas las alcaldías importantes e, incluso, arrebató al PSOE la primacía en Maracena y Salobreña. En la Diputación, el socialista Antonio Martínez Caler, alcalde de Caniles, sustituiría a su correligionario José Rodríguez Tabasco. José Moratalla, alcalde de Granada, tras el batacazo en los comicios, dejaría la política y pediría su reingreso como médico en el Servicio Andaluz de Salud.

Pero antes de terminar su mandato, José Moratalla tuvo tiempo de inaugurar el llamado Circo del Arte, uno de los fiascos más grandes que ha tenido esta ciudad en la democracia. La idea de crear aquí un circo permanente que sirviera de escuela y de promoción de espectáculos fue concebida en 1996 cuando se instaló por unos días en Granada el llamado Circo de la Alegría, que llevaba por toda España el famoso payaso Miliki. En una reunión con el alcalde Gabriel Díaz Berbel surgió la pregunta. ¿Y si montara un circo permanente que sirviera de escuela en la ciudad en la que nació mi abuelo?, se preguntó Miliki. “Una idea cojonuda. Seguro que cuaja. Aquí hay muchos saltimbanquis”, le dijo Díaz Berbel con aquella socarronería que le caracterizaba. Dicho y hecho. Las carpas para el circo, de 40 metros de diámetro y con capacidad para unas mil personas las pondría Pantomima, la empresa de Miliki. De la financiación se ocuparía el Ayuntamiento y otras instituciones que quisieran adherirse al proyecto. Para su instalación se pensó en unos 7.000 metros cuadrados de terreno municipal que había al final del Camino de Ronda. Cuando Díaz Bebel deja la alcaldía, Moratalla recoge la idea y la califica como muy buena. Había que ponerla en marcha. Fue entonces cuando decidió hacer un consorcio en el que también entraría la Diputación, la Rural y CajaGranada. Los granadinos estábamos ilusionados porque esta ciudad albergara un circo estable y la Escuela Internacional de Artes Circenses, que era así como se iba a conocer.

Sin ni siquiera haber empezado a funcionar el Circo ya había que pagar cantidades de difícil justificación

A trancas y barrancas y después de algunas actuaciones para calentar motores, se consiguió que el llamado ya Circo del Arte se inaugurara el 23 de abril, día del Libro, de 2003. Aquella noche todo fueron parabienes. Actuaron Manel Fuentes, Santi Rodríguez y Tricicle. Un espectáculo digno para la ocasión. Pero luego vendrían los problemas. El dinero se iba como el agua y nadie sabía tapar las fugas. No se constituyó un órgano capaz de dirigir aquella película y parecía que todos los actores actuaran por su cuenta. Cuando la empresa constructora que se encargó de la remodelación de los terrenos fue a cobrar una factura de 70.000 euros al Ayuntamiento, allí le dijeron que eso correspondía pagarlos a la empresa del famoso payaso. Cuando fueron a la empresa del famoso payaso le dijeron que eso era cosa del Ayuntamiento. Las facturas se las peloteaban de tal manera que más que una escuela de circo aquello podía ser una escuela de tenis. Y es que sin ni siquiera haber empezado a funcionar ya había que pagar cantidades importantes de difícil justificación. Hasta tal punto que años después, el concejal de Cultura y encargado del Consorcio, Juan García Montero, llevó a los tribunales al gerente Antonio Albadalejo, por un presunto delito de malversación de caudales públicos. La Cámara de Cuentas de Andalucía halló indicios de responsabilidad contable en su gestión. Por lo visto, más que un gerente, el referido era un mago que hacía desaparecer el dinero público de una manera que dejaba a todos embobados. El caso es que, ante el naufragio del proyecto, las entidades colaboradoras que lo financiaban comenzaron a retirarse. Después del acto inaugural la carpa no volvió a acoger ningún espectáculo hasta el año 2006 en que se aprobó la disolución definitiva del Consorcio. Fin del espectáculo. Cuando se llevó a cabo el cierre definitivo, la deuda era de casi un millón de euros. CajaGranada asumió pagar el 25% de la misma y la Rural el 15%. El resto salió del bolsillo de los granadinos. De dónde si no.

El ¡No a la guerra!

Es moneda corriente durante los cambios de gobierno el desmantelar lo que otros han hecho. José Torres Hurtado se comprometió durante la campaña electoral a que, si era elegido alcalde, una de sus primeras órdenes sería la de demoler el carril bici que el anterior equipo de Gobierno había construido en el populoso barrio del Zaidín y que había levantado las protestas de comerciantes y vecinos. Los primeros porque decían que iban en perjuicio de sus negocios y los segundos porque consideraban que las reformas de las avenidas principales del barrio estaban llenas de escollos y prohibiciones para los automovilistas. Los empresarios, los días antes a las elecciones del 25 de mayo, llegaron a organizar una marcha de protesta. El nuevo alcalde dijo que si llegaba al poder eliminaría ese carril-bici. Y lo cumplió. En junio comenzaron a actuar las piquetas desmantelando lo que se había construido. Dinero público tirado a la basura.

2023 fue también el año en el que se produjeron movilizaciones en todo el mundo para protestar por la invasión de Irak por parte de EE UU, que buscaba armas de destrucción masiva. En febrero, Granada acogió una manifestación que congregó a casi 20.000 persones y que recorrió las calles céntricas de la capital pidiendo el ‘No a la guerra’. Ese año se organizaron caceroladas y apagones (hasta en la Alhambra) en contra de la citada invasión, que había sido apoyada por el gobierno de España.

En abril finaliza la demolición de la antigua estación de autobuses en el Camino de Ronda. La de la Alsina, que tantos viajeros había albergado. En ese mes también se coloca la primera traviesa del futuro AVE a Granada, una obra que llevaría consigo múltiples desavenencias y que se haría realidad 16 años después. Así que de Alta Velocidad nada.

En el mes de junio, monseñor Javier Martínez fue designado por el Vaticano para sustituir en la archidiócesis granadina a monseñor Cañizares, que fue trasladado a Toledo. Dos cardenales, cinco arzobispos y veintiún obispos concelebraron, junto a ambos y al nuncio de su Santidad en España, la ceremonia en la que se oficializó el relevo.

Cabeza de la manifestación en contra de la guerra de Irak. Cabeza de la manifestación en contra de la guerra de Irak.

Cabeza de la manifestación en contra de la guerra de Irak. / GAA

También se celebraron en diciembre las primeras elecciones universitarias realizadas por sufragio universal. Ganó David Aguilar frente a un contrincante que se presentó a última hora: el catedrático de Matemática Aplicada Victoriano Ramírez, que consiguió el 25% de los votos. Los estudiantes participaron muy poco, solo el 12%. Pero el personal de administración y servicios y el profesorado no faltó a la cita. Victoriano Ramírez explicó durante la campaña electoral que la Universidad estaba endeudada en más de 15 millones de euros.

En 2003 fue cuando cerraron las librerías Urbano de la calle Tablas, San Juan de Dios y Alhóndiga. Uno de los hermanos Urbano, José Carlos, presentó suspensión de pagos y el imperio librero se desmoronó dejando en la calle a más de 30 trabajadores y un reguero de deudas, con editoriales y entidades financieras como principales acreedores. La sociedad creada por los Urbanos nació en un modesto quiosco del Zaidín y llegó a abrir varias librerías en Granada, las cuales se convirtieron en el referente más importante en cuanto al negocio del libro.

En 2003, se inaugura la Mezquita Mayor de Granada, templo islámico construido en pleno Albaicín. Luis García Montero gana el premio nacional de la Crítica por La intimidad de la serpiente y el premio nobel José Saramago visita Castril, ciudad en la que había nacido su esposa, para presentar un centro, con ínfulas de Fundación, que se iba a levantar en su honor impulsado por el Ayuntamiento de esta localidad. Todo quedaría en aguas de borrajas tras conocerse un agujero financiero durante la ejecución del proyecto propiciado por el entonces alcalde Juan Mar. Sí se consolida ese año en Granada otra fundación dedicada a un escritor: la de Francisco Ayala, que en 2003 cumplía los 97 años.

Nacen tres periódicos y una tele local 

En 2003 nacen nada menos que tres periódicos casi a la vez en Granada, dos de ellos de papel y uno digital. El primero sería Granada Hoy, del grupo Joly, que estaría dirigido por Ramón Ramos y que llegaría a consolidarse en la provincia. El segundo diario, La Opinión, del grupo editorial Prensa Ibérica, abrió en octubre y sólo duraría seis años. En cuanto al tercero, Granada Digital, es fundado por Gabriel Pozo, al que se le uniría César Girón, Juan García Montero y Manolo Sola. El tristemente desaparecido Chiqui Cascón y Manolo Oña serían sus primeros directores.

Pero es que ese año también se pone en marcha una televisión local: Teleideal, auspiciada por el periódico hegemónico en la provincia. Eran años en los que las televisiones locales estaban en auge. Teleideal se unía así a la oferta granadina en la que estaban ya Localia, Canal 21, Mira TV y Telenieve. Ninguna de ellas emite ya.

Ese año los Reyes de España presidieron el acto de la entrega de Medallas de Oro a las Bellas Artes en el Monasterio de San Jerónimo. Una de esas medallas fue para la actriz Florinda Chico, que tanta relación tenía con Granada. En septiembre se reabre al público la Casa Museo Manuel de Falla tras dos años de su cierre para obras de rehabilitación.

En los años 90 las televisiones locales estaban en auge, hoy en día no emite ninguna de aquella época

En octubre, el lehendakari Juan José Ibarretxe viene al paraninfo de la Facultad de Derecho a dar una conferencia sobre la independencia del País Vasco y es abucheado por un grupo de exaltados. Un estudiante intenta pegar al político y tiene que actuar la policía. ¿A quién se le ocurre venir a hablar de división de territorios a unos pocos metros de la tumba de Isabel y Fernando, los reyes que consiguieron la unidad de España?

En enero muere a los 93 años el historiador Domínguez Ortiz, considerado el verdadero renovador de los estudios sobre la historia de Andalucía. Había nacido en Sevilla, pero era hijo adoptivo de Granada, en donde estuvo muchos años dando clases como catedrático de instituto.

Y en mayo fallece en Madrid José Tamayo, ese granadino que tanto tuvo que ver con la escena española. Después de trabajar en el Teatro Universitario de Granada, fue el fundador de la Compañía Lope de Vega, con la que llego a popularizar el género de la zarzuela. Fue director del Teatro Español de 1954 a 1962, empresario del Teatro Bellas Artes y director del Teatro Lírico Nacional. Y un granadino lleno de nostalgia por Granada.

De fútbol mejor no hablar. Fue un año pésimo, uno de los peores. La provincia de Granada se quedó sin representación en las tres primeras categorías del fútbol nacional. Al descenso por impago del Granada Club de Fútbol a tercera división el año anterior, se unió el descenso del Motril a la misma categoría. Tampoco en baloncesto lo hicimos mejor. Tras una temporada aciaga, el CB Granada bajó de nuevo en la liga ACB. No llegaba a consolidarse en esta competición en la que jugaban los grandes. Un año subía y otro bajaba. El ‘ascensor’ lo llamaban los cronistas deportivos. Menos mal que nos quedaba el tenis de mesa, donde el CajaGranada seguía siendo campeón de liga. Algo es algo

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