Medio Ambiente

Granada, entre las ciudades europeas con peor calidad de aire según la Unión Europea

Imagen de archivo de la contaminación sobre la ciudad de Granada

Imagen de archivo de la contaminación sobre la ciudad de Granada / G. H. (Granada)

La ciudad de Granada y la alta contaminación atmosférica son un binomio que se dan la mano desde hace ya varios años, y que pese a los esfuerzos por tratar de separarlos por parte de ciudadanos e instituciones públicas, este no se divide. Cada vez son más los informes que alertan de la insalubridad del aire que respiran a diario los granadinos, y que remarcan de la necesidad de cambiar este paradigma.

La Agencia Europea del Medio Ambiente (AEMA), dependiente de la Unión Europea, es ahora el organismo que alerta de forma clara a Granada, en base a la información que se puede recoger en su visor de la calidad de aire. Esta herramienta, que se nutre de los medidores de contaminación instalados por todo el continente, ha destacado a Granada como la segunda ciudad española con peor calidad del aire, solo por detrás de Castellón de la Plana. Granada también es la capital más contaminada de Andalucía y una de las 60 ciudades europeas con peor calidad de aire.

Este ránking es la única clasificación de un organismo oficial que de forma clara identifica las ciudades y las ordena según su nivel de contaminación. Está centrado en la concentración de partículas PM 2,5 (partículas cuyo diámetro es igual o inferior a 2,5 micras), porque son estas las que tienen el mayor impacto en la salud en términos de muerte prematura y enfermedad. Además, sus mediciones se hacen en periodos de dos años porque los efectos más graves vienen de la exposición a largo plazo.

En el caso de Granada, se recogen de media 14,1 microgramos por metro cúbico de estas partículas PM 2,5 que son perjudiciales para la salud. Son de todo tipo, aunque principalmente son dióxido de nitrógeno (NO2), un contaminante atmosférico de origen principalmente antropogénico, cuya principal fuente es el tráfico rodado, así como las emisiones de determinadas industrias y grandes instalaciones de combustión.

Con estos datos, la AEMA considera que la calidad del aire de Granada baila entre una calidad moderada y pobre. Esto es una media de dos años, concretamente de 2021 y 2022, por lo que ha habido días con buena calidad del aire, y otros con unos niveles de contaminación irrespirables para el ser humano.

Panel indicador de la calidad del aire en Granada Panel indicador de la calidad del aire en Granada

Panel indicador de la calidad del aire en Granada / Jesús Jiménez / Photographerssports

El visor de calidad del aire del organismo europeo clasifica la calidad del aire como bueno para niveles de partículas finas PM 2,5 que no excedan el valor guía anual de 5 microgramos por metro cúbico (μg/m3); aceptable para niveles superiores a 5 y que no excedan los 10 μg/m3; moderado para niveles superiores a 10 y que no superen los 15 μg/m3 (umbral en el que se sitúa Granada); pobre para niveles superiores a 15 y no superiores a 25 μg/m3; y muy pobre para niveles iguales o superiores al valor límite de la Unión Europea de 25 μg/m3.

La OMS estableció un límite de 15 µg/m3 de partículas PM 2,5 de media diaria, a partir del cual se considera que la calidad del aire es muy desfavorable. Granada está muy cerca de ese límite.

Sólo una ciudad española supera los niveles de contaminación que marca Granada, aunque no por mucho. Castellón de la Plana registra de media 15,3 microgramos por metro cúbico de estas partículas PM 2,5 que son perjudiciales para la salud. La capital castellonense tiene un aire muy desfavorable de forma habitual, rompiendo la señal de alarma de la OMS.

Respecto a Andalucía, Granada es la ciudad con el aire más contaminado de toda la región. Sólo una ciudad se le acerca, Córdoba capital, que es tercera en el ránking nacional con valores de 13,6 μg/m3. La siguiente en la lista sería Sevilla, ya en el puesto número 9 nacional con 11,2 μg/m3.

En el otro extremo se encuentra la ciudad menos contaminada de España, que también es andaluza. San Fernando, en la provincia de Cádiz, es la zona en la que menos contaminación se registra según las mediciones de la AEMA. 7,5 μg/m3 es la media, lo que le otorga una calidad del aire aceptable.

En Europa, la Agencia Europea del Medio Ambiente se beneficia de la red de control de la calidad del aire más completa del mundo. En el visor se muestran los niveles de partículas finas en más de 340 ciudades de todos los países miembros de la Unión Europea. Los datos provienen de mediciones terrestres de partículas finas de PM 2,5, tomadas por más de 400 estaciones de monitoreo.

Y respecto a los datos de toda Europa, Granada tampoco sale bien parada. En este ránking es la ciudad número 280 de 340, o lo que es lo mismo, la capital nazarí está entre las 60 ciudades europeas con peor calidad del aire

La ciudad más contaminada de toda Europa es Slavonski Brod, en Croacia, a unos 190 kilómetros al sureste de Zagreb. Esta registra unos niveles de contaminación de 28 μg/m3, un aire muy pobre según la clasificación europea. Tras esta cierran el top tres dos ciudades de Polonia, Nowy Sacz y Piotrków Trybunalski, con valores de 27,9 y 25,2 μg/m3.

En el otro extremo encontramos a las tres ciudades menos contaminadas de Europa. Faro, en Portugal, es la ciudad con el aire más respirable de todas, con promedios diarios de 3,7 μg/m3. Tras esta, Umeå y Uppsala, ambas en Suecia, son de las menos contaminadas (3,9 y 4 μg/m3). San Fernando, la ciudad con mejor aire de España, está en el puesto 28.

Factores que favorecen la contaminación

En la contaminación del aire que se respira a diario influyen muchos factores, y no solo las emisiones. Las condiciones meteorológicas pueden determinar mucho más los niveles de contaminación que las propias fuentes, así como la invariable orografía. Aunque una reducción de los gases emitidos siempre ayudará a su disminución.

Como ejemplo, los niveles máximos de partículas contaminantes se suelen registrar en verano y cuando se producen los episodios de polvo sahariano impulsados por los vientos del sur. En esos episodios concretos, el aire es más pesado, y no deja que los gases se liberen hacia la estratosfera. También es clave el viento, que si sopla con una intensidad normal dispersa los contaminantes. En zonas cercanas al mar, con una brisa habitual ya sea de levante o poniente, es normal encontrar menos contaminación, pues estos vientos favorecen a que las partículas contaminantes se muevan.

Granada, en este caso, se ve muy afectada por sus condiciones meteorológicas. Sus veranos cada vez son más largos, secos y con temperaturas muy elevadas. Los continuos anticiclones en los que se instala, rondando siempre una presión de 1.035 hectopascales, evitan que la contaminación se disperse. Esto, unido a las pocas precipitaciones que se registran, hace que su atmósfera no se limpie y los agentes contaminantes se concentren.

Imagen de la contaminación sobre Granada y el Área Metropolitana Imagen de la contaminación sobre Granada y el Área Metropolitana

Imagen de la contaminación sobre Granada y el Área Metropolitana / JESÚS JIMÉNEZ / PHOTOGRAPHERSSPORTS

Respecto al viento, Granada se ubica en una situación de orografía de terreno de muy difícil acceso para las rachas ventosas. Rodeada por montañas y con la gran pared de Sierra Nevada al este, es muy complicado que sople viento en las zonas más bajas de la capital y en la Vega de Granada, salvo en episodios aislados de borrascas como el vivido con Bernard.

A todo esto se le suma la elevada cantidad de desplazamientos con vehículos privados que se experimenta diariamente en la capital y el Área Metropolitana. El coche sigue siendo el medio de transporte preferido por los granadinos, a pesar de las mejoras en transporte público que en los últimos mese se han producido. Así lo refleja la Encuesta de Características Esenciales de la Población y las Viviendas publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Un total de 215.058 granadinos admite en este estudio ir a trabajar en su vehículo personal, lo que representa al 63,28% de los ciudadanos de la provincia que se desplazan para acudir a su puesto laboral.

Toda esta conjunción de casuísticas hace que en un municipio como la capital nazarí, con 220.000 habitantes, y su Área Metropolitana (cuya suma acerca los habitantes totales al medio millón), sea la ciudad de España con peor calidad del aire según la Unión Europea. Con valores más elevados que los que se registran en las dos grandes urbes nacionales, Madrid y Barcelona, a pesar de que estas tienen una población muchísimo mayor.

Recomendaciones para vivir con mala calidad del aire

Niveles elevados de dióxido de nitrógeno pueden irritar los pulmones y disminuir su capacidad funcional, favoreciendo la aparición de infecciones respiratorias. Sus efectos pueden ser más perjudiciales en menores de 6 años y personas de edad avanzada, así como en mujeres embarazadas, por sus posibles efectos sobre el embarazo y el feto.

Imagen de archivo de la contaminación sobre el Albaicín Imagen de archivo de la contaminación sobre el Albaicín

Imagen de archivo de la contaminación sobre el Albaicín / G. H.

En el caso de las PM 2,5, su tamaño hace que sean 100% respirables, ya que viajan profundamente en los pulmones, penetrando en el aparato respiratorio y depositándose en los alvéolos pulmonares, e incluso pueden llegar al torrente sanguíneo. La población más vulnerable tiene que evitar realizar ejercicio al aire libre o actividades que requieran esfuerzo, sobre todo a última hora de la tarde, cuando las concentraciones de contaminantes son más altas. También hay que limitar la exposición prolongada en el exterior.

El control de la contaminación atmosférica cuenta con unos límites y valores objetivo legales marcados por la Directiva 2008/50/CE y el Real Decreto 102/2011 para "evitar, prevenir o reducir los efectos nocivos para la salud humana y el medio ambiente". Ese es el marco legal que rige en España y sobre esos valores se ha constatado una importante reducción. Pero la Organización Mundial de la Salud revisó en 2021 sus directrices sobre la calidad del aire, marcando los niveles a partir de los cuales se considera que la contaminación es perjudicial para la salud, unos valores que son mucho más estrictos. Y al comparar los datos recopilados se constata, una vez más, que la presencia de contaminantes en Granada sobrepasa con mucho las recomendaciones de la OMS.

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