Granada lucha por mantener su verde paisaje entre asfalto, sequía y altas temperaturas
Medio Ambiente
La asociación Árboles Contra el Cambio Climático en Granada realiza actividades de riego ante la sequía para no perder el poco espacio natural que la capital nazarí mantiene y fijar la vegetación repoblada
Denuncian la priorización de lo artificial sobre lo natural cuando organizaciones y asociaciones piden lo contrario
Granada y la tala de árboles
Granada, una ciudad plastificada y de temperaturas al alza
Granada/Granada es una ciudad en la que la vegetación es la gran ausente. El asfalto y el cemento suelen ser los protagonistas de las calles y carreteras, y son pocos los lugares de confort térmico que hay en la capital para tratar de paliar las altísimas temperaturas que se registran, cada vez más elevadas y más amplias en tiempo. La gente recurre a los centros comerciales o huye buscando zonas con temperaturas más suaves, como la Costa Tropical o los municipios de interior.
Para luchar contra esto, la asociación Árboles Contra el Cambio Climático en Granada (ACCCG) lleva a cabo diferentes iniciativas que van desde la replantación de zonas forestales yermas, el cuidado de zonas ya reforestadas, limpieza de residuos y charlas de concienciación a estudiantes de colegios, institutos e incluso universidades. Para tratar así que conseguir que la capital recupere masa arbórea.
En los últimos días, a pesar de los 40 grados que se han registrado en la capital, han llevado a cabo una actividad de riego de la que fue su primera plantación, hace ahora cuatro años. Fue en 2019 en la zona conocida como el Parque Periurbano de Granada, por encima del cementerio musulmán y de camino al Llano de la Perdiz. Pese a que en 2021 esta zona sufrió un incendio intencionado, gracias a los cuidados de la asociación esta se mantiene verde, y las encinas, acebuches y rosales silvestres, entre otras plantas autóctonas siguen brotando.
La presidenta de la asociación, Lola Ortega, ha asegurado a este periódico que no sólo con reforestar las zonas yermas o que han sido arrasadas por los fuegos se acaba la labor. Hay que cuidarlas y regarlas para que las plantas agarren y puedan crecer. "Podemos plantar lo que queramos, pero si no se riega estas se muere. Desde el primer verano comenzamos a regar las plantas y esta ha sido la cuarta. En las cuatro, regamos durante el verano, compramos el agua y regamos".
Sobre el terreno, seis mangueras conectadas a una gran cuba de 22.000 litros de agua hacen las veces de nubes y mojan el terreno reforestado. La asociación tiene que recurrir a este tipo de métodos debido a la falta de lluvias. "Las condiciones climatológicas de España y del sur de la Península han cambiado mucho en los últimos 40 años. Antes en junio había que llevar una rebequita para salir a la calle, y llovía algo o había tormentas. Ahora los veranos son más secos, largos y calurosos, y no llueve. Duran hasta final de octubre, por lo que si no riegas, las plantas no sobreviven", ha valorado.
En la zona, un grupo de voluntarios ayuda con las tareas de regado. Para algunos es su primera vez, mientras que para otros, son ya expertos. "Tenemos un grupo de Whatsapp de 190 voluntarios, que va entrando y saliendo gente, normalmente más mujeres que hombres". Para una de ellas, Nuria Navarro, es su primera vez, y ya tiene decidido que repetirá siempre que pueda.
"Yo estoy jubilada por invalidez, y mi intención es, ahora que tengo más tiempo, dejar algo bueno en este mundo. Hay que reponer cuanto más verde mejor en este mundo de hormigón que tenemos. Buscando por internet localicé la asociación, y fenomenal. Creía que en verano no se hacían estas actividades, pero me alegra saber que hay gente que sale de la zona de confort", ha valorado Navarro.
Cada vez más asfalto y menos verde en Granada
Para los miembros de la asociación, Granada ha seguido un modelo urbanístico contrario al que se ha desarrollado en otras ciudades españolas y europeas, primando lo artificial por encima de lo natural. Esto ha causado que en periodos de elevadas temperaturas la gente no encuentre como calmar ese calor.
"El problema que hay en Granada es que no hay concienciación sobre importancia de los árboles que ya existen, ni de lo importante que es tener más. Siempre hay mucho asfalto y la presencia de los árboles es testimonial. Al contrario de otras ciudades españolas como Valencia o Sevilla. En Granada se está perdiendo el sentido a todas las corrientes urbanísticas europeas. Hacer una ciudad más verde y sostenible", ha denunciado Ortega.
Según la presidenta de la asociación, todos los granadinos acaban en los centros comerciales o se van porque no hay refugios climáticos en la ciudad. "El que la gente vaya a grandes superficies comerciales como forma de pasar el calor no puede ser la tónica, porque además se fomenta el consumismo desmedido. Los refugios climáticos deberían ser los parques con sobras y frescos. No puede ser que la gente salga a las 11 de la noche al parque con los hijos porque es la hora a la que se está bien en la calle. Vamos en sentido contrario".
Como ejemplo, Lola Ortega recuerda el proyecto fallido de renaturalización del río Genil en la capital, que no salió adelante, según la presidenta, porque "era tan malo que echaron la financiación para atras, y eso lo hicieron técnicos que supuestamente saben que hacer".
"Siempre prima más los intereses económicos, que se ponga mucho ladrillo y asfalto, cuando lo que se necesita es todo lo contrario. Espero que la rotonda que vayan a hacer en la Avenida de Andalucía pongan muchos árboles y nada de césped plástico", denuncia.
El Bosque de la Poesía
En el futuro de la asociación se vislumbra un proyecto que esperan próximamente poder realizar: el Bosque de la Poesía. Esta iniciativa es internacional, fue creada en Latinoamérica, y busca clasificar zonas de bosques y gran masa arbórea como zonas de la poesía, y que poetas, alumnos y personas anónimas puedan dejar en ellas sus escritos de temática sobre naturaleza, visibilizando el amor por ella. En Granada, la zona perfecta sería, precisamente el Parque Periurbano.
"El poeta Chema Cotarelo contactó conmigo para ver si podíamos hacerlo en Granada capital. Vinimos al periurbano y le encantó. Pero para poder hacer eso, hay que instalar paneles expositores de textos en un punto concreto, y llevar a cabo un acto con poetas de la zona como Luis García Montero, alumnos de un colegio del Realejo, y nombrar la zona "Bosque de la Poesía y la Biodiversidad Jorge Guillén", ha comentado la presidenta de la asociación.
Pero para eso hay que pedir permiso al Patronato de la Alhambra y el Generalife, a quien corresponden los terrenos, y a la delegación de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía. Y por el momento la asociación se ha encontrado la negativa como respuesta.
"Se le hizo el requerimiento oficial al Patronato y de momento solo tenemos silencio. A la Junta le gustó la idea en una primera instancia, nos pidió que hiciéramos la petición oficial, esta se hizo, y nos la rechazaron alegando que la zona del Parque Periurbano no es un bosque. Este es un sitio precioso, y formar aquí un lugar de encuentro con paisajes tan envidiables sería perfecto. Puede que ahora no sea un bosque como tal, pero en un futuro lo será", ha argumentado Ortega.
Así es la ACCCG
La ACCCG es una asociación sin ánimo de lucro nacida en 2019 que realiza la repoblación y regeneración paisajística, con árboles y arbustos autóctonos, de zonas desprovistas de arbolado de Granada capital y provincia, con el compromiso de cuidarlos y regarlos durante las épocas de sequía, al menos durante los dos primeros años. También realizan tareas de concienciación y sensibilización ciudadana sobre la necesidad de plantar árboles para mitigar los efectos del cambio climático, aumentar la biodiversidad y luchar contra la desertificación.
"Plantamos árboles y arbustos porque captan el dióxido de carbono atmosférico, mitigando así las emisiones realizadas por el hombre, produciendo oxígeno, desprendiendo vapor de agua, favoreciendo así también las lluvias y disminuyendo la temperatura del medio donde se encuentran. También se aumenta la infiltración del agua de lluvia en el terreno, disminuyendo la erosión del suelo y eliminando contaminantes ambientales".
Además, estos árboles son el hogar de multitud de especies animales, a los que proporcionan comida y cobijo, y constituyen comunidades vegetales de gran biodiversidad, que son mucho más resistentes a los incendios que los pinos, pues tras el fuego muchos de los árboles y arbustos no mueren y vuelven a brotar.
"Además de gracias a subvenciones y premios concedidos por nuestra labor, nos financiamos a través de donaciones voluntarias, un euro al mes. Todas desgravan a Hacienda. Hemos repoblado en Pinos Genil, Monachil, Quéntar, el Barranco de San Jerónimo, más de 800 árboles en la facultad de salud del PTS en colaboración con la UGR, en el Parque Fuente Nueva, en la zona de deportes náuticos", ha concluido.
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