Pedro Sánchez ya es presidente del Gobierno. El socialista ha sido reelegido este viernes como máximo responsable del Ejecutivo nacional por tercera vez, si se incluye la moción de censura que le aupó al Palacio de la Moncloa en 2018, hace ya más de cinco años. Por lo que se puede decir que Sánchez no hereda nada nuevo, ni nadie le ha dejado deberes pendientes, sino que recoge el testigo de sus políticas con respecto a la provincia de Granada que dejó sin acabar, o en proceso de hacerlo, una vez la legislatura entró en el standby tras la convocatoria de elecciones para el pasado mes de julio. Eso sí, se puede decir, y los últimos movimientos así lo corroboran, que las principales actuaciones, sobre todo en materia de infraestructuras están en marcha y han seguido el movimiento durante todo el periodo de interinidad del anterior gobierno del PSOE. Pero tiene asuntos pendientes: el soterramiento y la integración del ferrocarril en la capital, la autovía a Córdoba y Badajoz, culminar el comienzo de las obras del acelerador de partículas, acabar el estudio informativo de la línea Guadix-Baza-Lorca e iniciar los del tren entre Granada y el Puerto de Motril, los espigones de la Costa, y el problema más grande de todos, las infraestructuras hidráulicas, con el compromiso de avanzar en nueva licitaciones para las conducciones de Rules-Béznar.

Variante de Loja

Sánchez tiene trabajo pendiente en Granada, pero los principales proyectos, están en marcha. Nada más alcanzar la presidencia del Gobierno en 2018 tras la moción de censura contra el popular Mariano Rajoy, su Ejecutivo se arrogó la responsabilidad de reactivar el proyecto ferroviario de la variante de Loja, el tramo de Alta Velocidad pendiente de construirse y que permite, de un lado, salvar la solución provisional del trazado adaptado del siglo XIX en Loja (por donde los trenes AVE apenas superan los 30 kilómetros por hora), de otro acortar los tiempos de viaje con Madrid en unos 20 minutos, además de ampliar el número de viajes y, sobre todo, permitir el paso de mercancías por el Corredor Mediterráneo.

Tramo A-92 de la variante de Loja que se tiene que licitar en estos meses

Un compromiso que se materializó con la reactivación del proyecto de finalización del viaducto de Riofrío, cuya Declaración de Impacto Ambiental estaba a punto de caducar en 2018, y cuyas obras de infraestructura se dieron por finalizadas el pasado mes de abril, casi cinco años después de reiniciar el proceso. También bajo el primer mandato de Sánchez se aceleró para acabar las obras de la Línea de Alta Velocidad, inauguradas en junio de 2019, en un día donde el recién reelegido presidente del Gobierno se comprometió con completar la variante de Loja. Sin embargo, no fue hasta 2021 cuando de verdad se puso en marcha la maquinaria para acabar los tres tramos pendientes, de gran dificultad técnica, cuando se obligó a adaptar los proyectos de construcción, elaborados en 2011, a la actual normativa europea de túneles y puentes. La variante cuenta con tres túneles y tres viaductos que suman más de un tercio de los 17,7 kilómetros de los que consta.

Dos años después de su reactivación, el Gobierno movió la siguiente pieza y antes de la convocatoria de elecciones en julio comprometió con Europa la salida a licitación de los proyectos de obras de la variante antes de fin de año, de los cuales, tan solo se ha licitado uno (tramo de Riofrío) y lo hizo hace menos de un mes, acumulando un retraso de cerca de medio año. De hecho, tampoco saldrán este año a licitación las obras de los tramos A-92, donde se acaba de abrir el periodo de alegaciones a las expropiaciones, y valle del Genil, pendiente de las catas arqueológicas por su cercanía con la villa romana de Salar. Así que al nuevo Ejecutivo de Sánchez le corresponde a corto plazo adjudicar las obras para iniciarlas en todos los tramos durante 2024, ya que el compromiso es que en 2028 esté puesta en funcionamiento.

Soterramiento

Sin embargo, en el complejo puzle del tren en la provincia quedan deberes por hacer. Para empezar, el eterno debate de la integración del ferrocarril en Granada. Aquí es donde los Gobiernos de Pedro Sánchez no han vivido un solo dedo en cinco años, a pesar de que salvo en dos, han coincidido con el color que gobernaba también en el Ayuntamiento de la capital. De hecho, durante este tiempo, más que avanzar, se ha ido para atrás en varios momentos: primero con la paralización de la elaboración del estudio informativo, el cual dejó de aparecer en los presupuestos generales del Estado, y luego con el debate del cambio de ubicación de la estación que se estudió en el Nuevo Plan General de la ciudad, y que finalmente se desechó. Una circunstancia que hizo ganar tiempo al PSOE para, del lado gubernamental, ceñirlo a un debate municipal, y desde el Ayuntamiento, encubrir la demora en un asunto que los socialistas defendieron cuando estaban en la oposición.

Recreación de las vías soterradas en La Rosaleda propuesta por el PP en las elecciones

En la actualidad, son la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Granada, ahora en manos del PP, quienes están elevando el tono de la reivindicación, en el caso de la Administración autonómica, con una dotación presupuestaria que ya está en las cuentas para el año viene, y en el caso de la ciudad, con otra partida que se incluirá en los próximos presupuestos municipales. Ambas tienen la finalidad de presionar al nuevo Gobierno de Pedro Sánchez para que se sume a la buena sintonía entre las dos administraciones y firmar el convenio que cree la sociedad que gestione las obras del soterramiento. Una fórmula que ya dio sus frutos con la integración en Almería, con dos administraciones del PP y el Gobierno nacional socialista.

Sin embargo, el soterramiento va más allá de meter bajo tierra la estación y las las vías del tren por La Chana y el Cerrillo de Maracena. Va de integrarlas en la capital y el Área Metropolitana. La inclusión de las líneas Granada-Antequera y Granada-Almería en el Corredor Mediterráneo obliga construir un bypass en el Cinturón que una ambas vías y permitir el paso de trenes de mercancías sin invertir la marcha, además de la integración de los trenes en la que será la futura Área Logística de Mercagranada. Este es otro de los deberes enquistados en la última década y de la que tampoco se ha movido un euro para desarrollarla por el Gobierno central.

Más trenes

El anterior Gobierno de Pedro Sánchez sí ha avanzando en la confirmación de que Granada formará parte del Corredor Mediterráneo de mercancías. Aunque queda saber cómo quedará configurado su paso definitivo, el Ejecutivo avanzó en verano de 2022 las líneas maestras en el estudio funcional entre Antequera, Granada y Almería, línea esta que será sometida a su mayor reforma desde su apertura hace más de cien años. Se adaptará a tránsito en ancho internacional, se modificará parte del trazado con variantes y se electrificará. En pleno debate de investidura, el Ejecutivo acaba de sacar a licitación el estudio informativo que estudiará y definirá todos los cambios que sufrirá esta línea.

Simulación del tren Motril-Granada por Rules realizada por la UGR

Pero también quedan pendientes deberes heredados por las propias promesas del Gobierno. El más urgente, poner en marcha el cambiador de ancho ferroviario de Granada, que permitirá mejorar las condiciones de viaje con Almería y sumar una nueva conexión con Madrid con tren Alvia. Sin embargo, la falta de material rodante de Renfe para circular en ancho variable está haciendo que la puesta en marcha acumule cerca de tres años de retardo. Otros deberes pendientes con Renfe son la mejora y el aumento de frecuencias ferroviarias. Otro que está muy retrasado es el estudio para reabrir la línea Guadix-Baza-Lorca, anunciada a bombo y platillo en 2021 y que sigue en fase cero, según admite el propio Gobierno. No fue promesa como tal el tren a Motril, aunque la presión de Junta y PP hizo que entrara a formar parte de la planificación europea. Pero no hay fechas comprometidas para licitar los estudios de construcción.

Autovía a Badajoz

Las carreteras eran uno de los grandes temas de reivindicación históricos de Granada, pero la apertura de la A-44 hasta la Costa, la A-7 al completo, y en la anterior legislatura de la Segunda Circunvalación, han hecho que las carreteras hayan perdido peso. La principal actuación pendiente en este sentido es una que lleva también décadas enquistada, la autovía a Córdoba y Badajoz. Una obra larga y compleja de la que se ha movido poco, y ese poco ha sido en la provincia de Granada. En 2021 se abrió el tramo Atarfe-Pinos Puente de la autovía radial GR-43 y hace apenas una semana se iniciaron los movimientos de tierra para el sector Granada-Atarfe, que partirá desde la autovía A-92 en las cercanías del Cortijo del Conde. Unas obras que han avanzado durante el Gobierno del PSOE y que estarán completadas en 2024.

Sin embargo, queda todo lo demás. De Pinos Puente a Córdoba pasando por Alcalá la Real, y luego de la ciudad califal hasta Badajoz. Y desde hace más de un lustro en los Presupuestos Generales del Estado no se pasa de estudios que no avanzan en ningún sentido, y que resulta clave para acercar Granada a Portugal y evitar los rodeos por Antequera y Sevilla, además de mejorar la seguridad que ahora ofrece la antigua N-432.

Vehículos por la autovía radial GR-43 en el tramo Atarfe-Pinos Puente

Rules y acelerador

A varias bandas, como el soterramiento, es el acuerdo para acometer por fin las obras de las canalizaciones de Rules. El Gobierno, junto a Andalucía, ayuntamientos y regantes, ha puesto en marcha en esta legislatura las obras de los dos primeros tramos de estas conducciones, los denominados desglosados 9 y 3, de los once con los que consta todo el entramado. En octubre se adjudicaron las obras del primero de los citados y los del segundo deberían estar ya, al menos, en licitación. Durante los próximos cuatro años el Ejecutivo de Sánchez deberá poner en marcha los proyectos correspondientes a la segunda fase, los desglosados 4 y 10, que empalman con los dos anteriores, y que llevarán el agua ya a las puertas de Almuñécar y La Herradura; y a Carchuna, respectivamente. El proceso, como para los anteriores, partirá de cero con la difícil negociación de quién financia las tuberías.

En el debate de investidura, el PSOE avanzó un incremento en la "financiación de los centros de investigación" sobre todo en materia científica. Aquí Granada tiene mucho que decir, sobre todo porque en los próximos cuatro años el Gobierno tiene que ratificar su apuesta por el acelerador de partículas IFMIF-Dones, que se debe materializar en la entrada de inversores públicos y privados en el consorcio, y en nuevas partidas para iniciar la construcción del propio edificio de la mayor instalación científica de España destinada a generar energía a través de la fusión nuclear.