Selectividad 2019

Entre la música, el deporte y la literatura fantástica

  • Cristina Rodríguez logra un 14 sobre 14 y sopesa hacer Medicina

  • Javier Garrues, mediocampo en el Atarfe Industrial, opta por Matemáticas e Informática gracias a su 13,679

  • Pedro Saavedra, con un 13,960, lanza un alegato en favor de las Matemáticas

Cristina Rodríguez ha logrado un 14 sobre 14.

Cristina Rodríguez ha logrado un 14 sobre 14. / Carlos Gil

Han sido los mejores. Sus calificaciones, estratosféricas, les abren las puertas de par en par a la Universidad. Han rozado la perfección en la Prueba de Evaluación de Acceso a la Universidad (Pevau) y se preparan para el último verano antes de ingresar en la Universidad. Detrás queda un año que confiesan que “no ha sido fácil” y unos exámenes, los de Selectividad de cuyo resultado aseguran sentir “orgullo”.

Cristina, que reconoce que todavía no lo tiene claro, sopesa entrar en Medicina

Cristina Rodríguez lo clavó. Ha conseguido un 14 sobre 14. La perfección, sin reservas. Confiesa que los días previos a la Selectividad sufrió con los “nervios, las últimas semanas fueron estresantes”. Ha cursado segundo de Bachillerato en el Juan XXIII de La Chana y apunta a Huéscar como destino de sus merecidas vacaciones. Allí le espera la familia y el descanso después de un año que califica como“duro”. Para lograr el 14 ha tenido que sacrificar fines de semana y aficiones como la lectura. Desde que terminó Selectividad, el pasado 13 de junio, hasta ayer, día en el que conoció las notas, ha devorado Cazadores de sombras, libro que forma parte de una saga de literatura fantástica de la que se confiesa seguidora.

Reconoce que todavía no ha decidido hacia dónde encaminar su futuro en la Universidad. Ha cursado el Bachillerato en la rama de Biosanitaria y cree que finalmente se decantará por Medicina. La nota le sobra. Este grado es uno de los más exigentes en la UGR por la nota que exige para acceder, un 12,671 el pasado curso. “Tengo que pensar”.

Garrues sufrió una lesión importante antes de Navidad. Metió gol, pero se fracturó una pierna

Javier Garrues lo tiene bastante más claro. Enfila hacia el doble grado en Matemáticas e Informática, que el pasado año pidió un mínimo de 13,679. La nota de este aficionado a la Real Sociedad, socio del Granada CF y jugador del Atarfe Industrial –ocupa la posición de mediocentro, el ‘cerebro’ del equipo– es de un 13,680. No tendrá problemas para entrar en ese doble grado, que apenas cuenta con 50 plazas en el primer curso. Viene del Regina Mundi.

Garrues asegura que la receta de su excelente calificación ah estado en la “constancia”. Y también en jugar al fútbol y estar con los amigos. “El deporte lo es todo”, confiesa. El infortunio ha querido que pasara buena parte de la temporada en el dique seco. “Metí gol, pero me fracturé el peroné”. Cruel intercambio. En la Selectividad asegura que ha aplicado la disciplina cholista. “Fui ejercicio a ejercicio”. El último día asistió a la sede en la que se examinaba con el traje de la graduación y el pin de la Real Sociedad en la solapa. “Fue por una apuesta”. Retó a su jefe de estudios. Si el alumno iba en traje a la Selectividad, el maestro debía salir con sus discípulos. “Y fuimos de fiesta”.

Pedro ha formado parte del programa de detección de talento matemático Estalmat

Pedro Saavedra completa la terna de excelentes en la pasada Selectividad. El suyo es un relato pausado, reflexivo. Acaba de finalizar el quinto año de violín en el Ángel Barrios y ya tiene un pie y medio en el grado de Matemáticas, estudios de están de moda y que el pasado curso se quedaron con una nota de corte de 10,403. Su nota de acceso es de 13,960. En el origen de su brillantísimo currículo está su abuelo, Pepe Ortiz, químico que le inyectó la pasión por los números. “Cuando era muy pequeño empezamos a hacer cuadernillos. Me enseñó Matemáticas como un juego”. La parte musical viene por su madre, con la que planea viajar este verano a Praga. Otro destino al que apunta es el grado superior de Composición. “Las matemáticas y la música tienen un vínculo”.

Durante cuatro años participó en el programa de detección de talentos matemáticos Estalmat, donde alimentó el ‘veneno’ inoculado por su abuelo. Saavedra asegura que quiere ser profesor. “Es una suerte poder ir más allá” cuando se plantea un problema, saber leer entre líneas y “tener pensamiento crítico”, algo que, para este estudiante, constituye uno de los atractivos de esta ciencia. Su vocación matemática le hace plantear las quejas que se dieron por parte de algunos estudiantes tras conocerse los enunciados del examen de Matemáticas II de la pasada Selectividad. Las protestas en Andalucía, según Saavedra, alumno del Padre Manjón, se debieron al ‘efecto Valencia’, donde también se criticó este mismo examen por su “dificultad”. “Es algo que me pone triste. Las Matemáticas no se enseñan bien”.

14 de 14

Ni esconde que pasó nervios antes de la Selectividad ni que no tiene del todo claro dónde terminará formalizando su matrícula universitaria. Cristina Rodríguez es ávida lectora de literatura fantástica –está enfrascada en una saga de la que Cazadores de sombras es su última adquisición– también disfruta con la música. En el primer examen de la rebautizada como Pevau eligió el literario.Se bregó con el fragmento de ‘Los girasoles ciegos’. En su reflexión, hiló posguerra española, libertad y la situación actual que vive Venezuela. El de Matematicas II “no lo vi tan difícil” como se clamó en redes sociales. Asegura que ha trabajado “todo el año” y que ahora le toca descansar, “dormir y salir a la calle”. El verano lo pasará en Huéscar, localidad donde tiene familia. La Universidad ya espera a Cristina a la vuelta de las vacaciones.

Entre la música y las matemáticas

Pedro Saavedra. Pedro Saavedra.

Pedro Saavedra. / Carlos Gil

El caso de Pedro Saavedra es el de un virtuoso. Su excepcional nota de acceso le abre las puertas de par en par del grado en Matemáticas, en un campus que le resulta más que familiar. Estudió en el CEIP Fuentenueva y prosiguió sus estudios en el Padre Manjón, los dos centros muy próximos a la que será su facultad, la de Ciencias.Compagina dos mundos, el de las Matemáticas, en el que entró de la mano de su abuelo, Pepe Ortiz, y se mueve como pez en el agua, y la música. Acaba de terminar quinto de Violín y apunta al superior de Composición, atraído por las posibilidades que le abre de cara a la creación. Pasará parte del verano en Cádiz, donde tiene familia, y Praga, “una ciudad muy musical”. Ha pasado por el programa de detección de talento matemático Estalmat y participado en diferentes fases de competiciones matemáticas. La última, la Olimpiada Nacional celebrada en Orense, desde donde se trajo una medalla de bronce.

Partido a partido

Javier Gaarrues. Javier Gaarrues.

Javier Gaarrues. / Carlos Gil

Asegura que el curso le fue “muy bien, no ha sido difícil”. Javier Garrues, que la próxima temporada podrá disfrutar con la visita de la Real Sociedad a Los Cármenes, apunta a la “constancia” y a saber desconectar su éxito. También al “apoyo de mi familia”, conscientes de que la opción elegida por Javier para estudiar en la Universidad, el doble grado de Informática y Matemáticas, exige una nota de acceso más que notable. El primer trimestre compaginó estudios con el fútbol. Tenía como objetivo el doble grado de Física y Matemáticas, aunque finalmente “la Informática me llama un montonazo”. Una lesión antes de Navidad le dejó más tiempo para los libros. Se fracturó una pierna en un partido.En el primer examen eligió ‘Los girasoles ciegos’. Después de enfrentarse a cada una de las pruebas de la Selectividad prefirió no comentar con nadie los resultados. “No quería que me afectase” el comparar exámenes con sus compañeros, una forma de ver el reto de la Pevau similar a la que muchos deportistas afrontan las competiciones: Partido a partido.

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