Al interés del Club Deportivo Tenerife por hacerse con los servicios del centrocampista francés Yann Bodiger, hay otro jugador con contrato en el Granada CF que podría salir tras estar en la agenda de varios equipos de Segunda División. Se trata de Alberto Perea que, según avanzó el periodista Ángel García, podría estar en la agenda de dos conjuntos que la próxima temporada podrían estar peleando por ascender.

Se trata de la Sociedad Deportiva Eibar y el Real Sporting de Gijón que quieren reforzar su plantilla con un futbolista de la calidad del albaceteño que no llegó a contar con la confianza ni de Aitor Karanka ni de Paco López la pasada campaña.

Poco rendimiento

El talentoso media punta, que llegó libre del Cádiz, no ha rendido como se esperaba de él. Firmó por una temporada con opción a otra en caso de lograr el objetivo de subir. Así ha sido y cuenta con un año más de vinculación pero su continuidad no parece fácil. De ahí que busque una salida. A sus 32 años, y por su forma de jugar que en muchos casos desesperó a la afición pese a que su calidad es innegable, es uno de los candidatos a abandonar el club rojiblanco para poder hacer huecos a los fichajes que llegarán.

Sus números

Su temporada, sin pena ni gloria, se completó con un total de 21 partidos disputados en Primera División pero tan sólo tres de ellos como titular, logrando dos goles (uno al Sporting y otro a la Ponferradina), dio dos asistencias para un total de 650 minutos. Además, participó en dos duelos más en la Copa del Rey, ante el Yeclano y el Real Oviedo en los que fue titular pero tampoco completó los 90 minutos. En concreto, entre ambas citas acumuló 124 minutos más.

Goza de una gran experiencia pues se formó en el equipo de su ciudad, Albacete, con el que debutó en Segunda División A con 18 años en la temporada 2008-2009. Posteriormente firmó por el Atlético de Madrid B donde estuvo dos años y otros tres en el Rayo Vallecano, alternando el primer equipo con el segundo. Llagostera, Olot y Barcelona B fueron sus siguientes destinos antes de recalar en el Cádiz, que lo cedió un año al Extremadura de Almendralejo.