La chauna

José Torrente

torrente.j@gmail.com

Manifestódromo

Sólo falta ya la manifa del periodismo contra el sectarismo manipulador de TV3. Ya les toca defender su ética

Abundan en Barcelona las manifestaciones. La gente sale al carrer para dejar constancia de sus querencias, odios y desprecios. Empiezan a gritos y, a veces, acaban a golpes.

Los ultras de ARRAN son los borrokers. Con la excusa republicana aprovechan para cambiar de sitio farolas, contenedores y barreras del peaje de la autopista. También les da por culpar a los turistas que llegan a disfrutar de Cataluña. Les reprochan con odio y amplio desprecio que vengan tantos y se cree empleo. Les resulta imposible soportar que los turistas reporten riqueza. Nos prefieren pobres, que para hijos ricos de papá bastante hay con ellos, y el turismo es facha.

Entre semana lacean de amarillo el mobiliario urbano, crucifican plazas y playas, arrían y ultrajan banderas de España, pisotean o queman retratos del Rey y encienden velas en procesión, con lo que dejan pocas dudas sobre su estado mental.

Policías y guardias civiles también visitan el manifestódromo barcelonés. Exigen más respeto profesional, menos medallas sin pensionar y más equiparación salarial. Junto a ellos, y con ánimo de molestar, por la calle de enfrente se manifiestan a su vez quienes pregonan prepotentes que las calles "serán siempre nuestras". Se hacen llamar independentistas, pero no pasan de intolerantes. Tienen un retén de guardia acampado, tanto contra los que reclaman una educación libre y en español como contra los guiris que hacen cola en la Sagrada Familia. Se agrupan en pacíficos CDR pero simpatizan más con Terra Lliure que con Gandhi.

En el manifestódromo tampoco faltan los veteranos legionarios loando al "Novio de la muerte" en la plaza Sant Jaume. Dejando constancia expresa de su lealtad testicular, patriótica y rojigualda.

Incluso los propios mossos, hartos de su instrumentación, se manifiestan por las mismas calles que patrullan cantando "hasta los h…", pero sin porras de reubicación masiva. Piden respeto, el que le han birlado a su profesión políticos de la república express como Torra, Forn, Puigdemont y su aliado Trapero. Se han hartado de sufrir a políticos ruines, y no soportan más tanta vergüenza.

Sólo falta ya la manifa del periodismo contra el sectarismo manipulador de TV3. Aunque con las cosas de comer no quieran jugar, ya les toca defender su ética. No perdamos la esperanza. Ni la prisa porque suceda.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios