Lola Ruiz (2003-2010, independiente en la lista de IU-Los Verdes), Mayte Olalla (2011-2015, UPyD) y Marta Gutiérrez (2015-2018, Vamos Granada), son las tres ediles del Ayuntamiento que más han trabajado por nuestra ciudad en lo que llevamos de siglo XXI. Cada una ha sido portavoz de un grupo distinto, pero todas han defendido a Granada frente a la corrupción y al mal gobierno, y, sobre todo, han sido libres y autónomas para reclamar y proponer enfrentándose siempre que ha sido necesario a los aparatos madrileños y sevillanos de los partidos.

Pretender independencia respecto a quienes dirigen los partidos no granadinos se ha pagado caro en Granada, empezando por el cambalache de alcalde que hicieron los andalucistas regalando Granada para quedarse con Sevilla en las primeras elecciones municipales de la actual democracia. Quien tenía que haber sido alcalde acabó dejando la política activa y su partido desapareció de la corporación granadina. Así mismo, a nadie se le escapó en su momento que una de las principales razones por las que dimitió Lola Ruiz fue por el ataque continuo de los hombres del aparato del PC, que acabaron por aburrirla como les ocurrió, entre otras muchas, a Concha Caballero, Rosa Aguilar o Inés Sabanés, actual concejala de Medio Ambiente en el gobierno de Manuela Carmena.

Fiscalizar la gestión municipal y denunciar la corrupción hasta sus últimas consecuencias también sale caro en Granada. Los ataques sufridos por el gerente de Emucesa, el empresario Ramón Arenas, o el doctor Jesús Candel constituyen una buena muestra de esta anomalía democrática donde quienes denuncian llegan incluso a sufrir persecución judicial mientras los corruptos todavía se creen impunes… La actual portavoz de Vamos Granada como represalia a su trabajo anticorrupción ha sufrido maltrato institucional primero por parte del PP y posteriormente por parte del Gobierno de Paco Cuenca con la connivencia de los aparatos de Podemos e IU. De hecho, las tres concejalas a las que dedico este artículo saben muy bien el coste que supone mantener la honestidad y la firmeza frente a la corrupción y el despilfarro, pero eso nunca las han callado.

Así, a pesar de las dificultades, estas tres mujeres han juntado su coraje junto a otras personas de las que hablaré en posteriores ocasiones, y han formado en Vamos Granada un equipo muy vinculado a la sociedad civil y con capacidad de gobernar el Ayuntamiento desde Granada y para Granada. Su compromiso y su coherencia han sido demostradas mediante el trabajo realizado. Indudablemente, para superar los problemas que arrastra durante décadas, nuestra ciudad necesita estar gobernada por mujeres como ellas y no por los hombres del aparato.