Rosa de los vientos

Pilar Bensusan

bensusan@ugr.es

Mirándose el ombligo

A los políticos lo que más les interesa, por encima de ideas y votantes, es mantenerse en el puesto a costa de lo que sea

Siempre he tenido la sensación de que los políticos se miran el ombligo demasiado, de que ponen toda -o casi toda- su atención en los problemas propios, relegando los de la ciudadanía a ese después muy lejano que viene tras lo propio… Y ello no ha variado mucho tras el advenimiento de la "nueva política". Todo sigue igual, las luchas fratricidas dentro de los partidos continúan, porque a los políticos lo que más les interesa, por encima de las ideas y de los votantes, es mantenerse ellos en el puesto a costa de lo que sea. Por eso, más que servidores públicos, deberían de llamarse servidores privados, porque primero miran para ellos, luego para sus allegados y después para el tendido, intentando además hacernos creer a los ciudadanos de a pie que somos el centro de su existencia y de sus preocupaciones.

Y prueba evidente de que no hay nada nuevo bajo el sol de la política, por mucho que algunos presuman de postmodernos, está siendo la encarnizada batalla entre Iglesias y Errejón, ya públicamente enfrentados de cara a Vistalegre 2. Unos ex amigos a los que su criatura les está devorando, y que, a estas alturas, en vez de Podemos deberían llamarla Problemos. A Iglesias no le ha gustado aparecer en el "cartón" de campaña de Errejón, y la guerra está ya declarada entre dos listas, dos candidatos y dos proyectos diferentes. Un auténtico culebrón en el que hay un malo declarado -arrogante, prepotente y que se cree en posesión de la verdad- y un bueno -ágil intelectual y de buenas maneras- que goza además del favor de la prensa de derechas y de no tan derechas. Hay además amores que se convierten en odios -Tania Sánchez es hoy la más activa adversaria de Iglesias-, listas -como Bescansa- que huyen antes del "choque de trenes", amigos y ex amigos que meten cizaña -como Echenique, Montero o Monedero-, en fin, como ha dicho Ramón Espinar, que han convertido el debate político en un debate del corazón, y, añadiría yo, en un debate público mirándose el ombligo… Peleas públicas por el poder bochornosas de cara a la ciudadanía y a sus propios votantes, que al encontrase frente a la urna deberían de recordar la beca de Errejón, el pisito de Espinar, los favores de Tania, el desnudo de Rita, el billetero de Monedero y estas broncas.

Otro que también anda mirándose el ombligo y dando un espectáculo bochornoso es Pedro Sánchez, en su imposible carrera a la Secretaría General del PSOE, que, tras el escándalo de "Recupera PSOE", sigue imparable en su venganza frente a todos los socialistas que renegaron de su podemismo, de su pro independentismo y de su ambición. Y ahora que ya es candidato declarado, no pierde el tiempo en arremeter contra sus contrincantes, patentes y latentes, utilizando a los pedristas incluso contra su antiguo aliado. La última, contra Patxi López, al que trata de desacreditar aireando el uso que hace de su Audi 5 oficial, mientras que él se apunta al crowdfunding para afrontar los gastos de las primarias. Y aunque la mayoría de los españoles quiere políticos sin privilegios -76,5%-, sin aforamientos -el 82,5%- y sin coches oficiales ni bonos de viaje -61,5%-, Sánchez sólo saca estos trapos sucios para beneficio propio. Recuerden que él también llegaba a Ferraz en coche oficial…

Después de todo esto, no es de extrañar que, tras 100 días de gobierno, el PP suba en las encuestas, y que hoy ganaría 20 escaños, superando a PSOE y Podemos juntos, cayendo los socialistas hasta en 14 diputados y alejándose los de Podemos del famoso sorpasso. Dejen de mirarse tanto el ombligo…

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