Esta semana hemos conocido la noticia del suicidio de Verónica, mujer de 32 años, madre de dos hijos y trabajadora de la empresa Iveco, la cual se quitó la vida el pasado sábado después de difundirse en su empresa (que tiene unos 2.500 trabajadores), un vídeo de contenido sexual protagonizado por ella en el pasado.

Mas allá del resultado de la investigación judicial en marcha para poner de manifiesto las eventuales responsabilidades de quienes hayan estado implicados en la difusión del vídeo, llama la atención las primeras informaciones sobre el comportamiento de muchos de los compañeros de Verónica que contribuyeron a distribuir y viralizar el vídeo e incluso, la de aquellos que se acercaron al lugar concreto del puesto de trabajo "para ver quién era la compañera del vídeo".

Otro elemento a clarificar es si el comportamiento de la empresa fue adecuado al conocer la denuncia de Verónica que, al parecer, solicitó ayuda ante la presión a la que estaba sometida pues se quiere valorar si la empresa respondió cómo hubiera sido de desear y de acuerdo a la legalidad.

En definitiva, el desgraciado episodio implica una serie de dimensiones en el comportamiento social y empresarial que ponen de manifiesto la necesidad de tomarse muy en serio las consecuencias del uso de las redes sociales y, en especial, el respeto que merecen los aspectos íntimos de la vida de las personas.

Y surgen las voces que se manifiestan en la idea de que, además, es muy probable que este vídeo se haya viralizado difundiéndose de manera masiva por el hecho de que la protagonista era una mujer. Incluso la Secretaria de Estado de Igualdad, Soledad Murillo, se ha manifestado en la idea de catalogar a Verónica como víctima de violencia machista aportando un nuevo elemento de análisis a este lamentable caso.

Es evidente que el suicidio de Verónica ha causado un gran impacto en la sociedad y la prueba es que se mantiene en primera línea de actualidad en los diferentes medios de comunicación social. El problema es que vivimos en una sociedad en la que, en pocos días, la actualidad informativa tiene la capacidad de que unas noticias terminan tapando a otras de tal forma que hay una alta probabilidad de que en poco tiempo el olvido sea la característica que mejor defina este caso.

Por eso me pregunto cual sería la forma en la que la sociedad podría sacar conclusiones útiles para que casos como este no volvieran a suceder porque fuéramos capaces de desterrar comportamientos en los que la falta de respeto a las personas, a su vida íntima y a sus derechos puede haber sido la causa de este suicidio. Además me inclino a pensar que Verónica ha sido también víctima de esta presión por el hecho de ser mujer. Así que creo que nos queda mucho camino que recorrer en la lucha por la igualdad.

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