Perdiendo el norte

Vayamos llorados

Hemos comenzado a construir nuestro futuro desde la unidad. No jodamos la cosa

El alcalde de Granada ha convocado para esta tarde a los miembros de la comisión redactora de la candidatura con la que la ciudad optó a ser sede de la Agencia Española de Supervisión de la Inteligencia Artificial (AESIA). A lo largo de la semana convocará además a los integrantes del Pacto por Granada. Deberán ambos foros decidir qué hacemos ahora, tras decidir Nadia Calviño -es mi juicio político- otorgarle graciosamente la sede a su pueblo.

Según mi humilde opinión, la comisión de esta tarde debería diseñar una estrategia, un plan concreto donde Granada se relanzara al futuro con el Centro Nacional de Inteligencia Artificial (CNIA), el proyecto de fusión nuclear y el resto de asuntos donde somos líderes. El plan debe incluir estrategias, objetivos y plazos concretos. Después, el Pacto por Granada debe llamar, con ese plan en la mano, a la puerta de la Junta, del Gobierno y de Europa.

Granada lleva razón cuando llora y protesta por la injusticia de la pérdida de la sede de la Agencia pero no creo acertado presentar ningún tipo de recurso contra la decisión del consejo de ministros que benefició injustamente a La Coruña. Más bien, con todo el diseño del plan Granada-Futuro (o como quieran llamarlo) en la mano, hay que pedir (por lo pronto dinero para el CNIA) todo el apoyo del mundo para un plan plurianual con retos concretos y evaluables que nos lleven a encabezar una auténtica revolución tecnológica en base a nuestras potencialidades.

Vista la injusticia perpetrada contra Granada, tenemos la oportunidad esta semana de renacer de nuestras cenizas con un proyecto irrebatible; irrefutable y a prueba de ministras gallegas.

Y a todo esto, debe estar contento el alcalde de Granada. Cualquier crítica que pudiera lanzarse contra Paco Cuenca ha quedado atenuada al disparar el PP de Granada en su contra de forma tan ridículamente gigantesca y con tanta munición que el efecto, a mi juicio, puede ser el contrario. Máxime cuando esa formación aún no ha pedido perdón por haber abandonado gratuitamente el gobierno local legítimamente conseguido. Quien ha protagonizado la mayor afrenta democrática a la ciudad está legitimado, por supuesto, para hacer la oposición que considere oportuno pero no debería dar lecciones de nada máxime inflamando tanto la crítica que la convierte en argumento ridículo.

Hemos comenzado a construir nuestro futuro desde la unidad. No jodamos la cosa. Mucho menos con críticas de grueso calado que desvirtúan los posibles errores a denunciar de cualquier cargo público. Mesura, por favor, a todos. Nos jugamos mucho.

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