La chauna

José Torrente

torrente.j@gmail.com

El apagón

Si antes callaban, hoy no parece creíble exhibir dramatismo laboral sin confundirlo con intencionalidad política

Ser sindicalista en Canal Sur era una ocupación de estrés escaso. Hasta que llegara un gobierno a la Junta no presidido por el PSOE, claro. Susana Díaz, necesitada de ruidos varios que colaboren en la reconquista, les ha pedido ayuda. Los nuevos gobernantes, y la oposición que otrora gobernó, han despertado del relax sindical a los mismos que antes callaron cuando les impusieron directivos, directores y directrices. Critican a la dirección que llega, pero nunca protestaron por la audiencia que se iba. Cosas del sindicalismo de partido.

Se ha acabado su apagón sindical y han pulsado la tecla de ennegrecer la gestión de quien les dirige desde hace cuatro días. Cuatro. Poco margen prestan si antes de llegar ya hay un apagón de protesta. Tentados les veo de culpar a los electores por haber votado mal y permitir que un cambio de gobierno irrumpiera en su placentera siesta sindicalista.

Casi cuatro décadas de gobierno socialista en Andalucía adormecieron el sindicalismo de La Nuestra, que en realidad era La Suya, el juguete informativo público donde opacar corruptelas chavistas y exhibir la trola militante a su prole simpatizante. Lo que desconectó a muchos andaluces de un Canal Sur partidista.

Demasiado tiempo callados para que ahora nos creamos sus gritos de auxilio. Tras muchas afrentas a la deontología periodística, manipulación e intervencionismo indecente, tras mucho más silencio del debido para no molestar al gobierno amigo, si antes callaban, hoy no parece creíble exhibir dramatismo laboral sin confundirlo con intencionalidad política.

El auténtico apagón de Canal Sur TV no es el provocado por los piquetes requeteamiguetes de Susana, sino el del EGM mensual que lleva mucho tiempo achicando andaluces de su audiencia, por un sesgo informativo parcial y proclive al socialismo que imperaba; por su rancia exhibición de una Andalucía anquilosada; por un abuso populista del folclorismo feriasevillí; del reality ligón entre abuelos y abuelas, Imedio mediante, imperante, permanente, fijamente. A todas horas. Todos los días. Canal Sur no era Imedio, era suyo entero.

Pero para oscura, la invasión sin fin al presupuesto de Canal Sur de exdirectivos y amiguetes con sus productoras "pata negra", y el cómplice silencio sindical. Ahora, con su sindicalismo de alquiler, quieren los sindicatos parecer despiertos tras su prolongada siesta. 157 millones de euros van de presupuesto para La Nuestra. Los andaluces pondremos el 90%. Y aún protestan.

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