Los nuevos tiempos

César De Requesens

crequesens@gmail.com

La lección de Bonilla

El PP viajo hacia el centrismo y se ha merendado ese 'walking dead' llamado Ciudadanos

Que los de la derecha civilizada arrasen en Andalucía es como para que se lo hagan mirar los socialistas. En su propio cortijo, literalmente, les han desahuciado de esa condición social de señoritos progres que ahora los andaluces quieren dar al olvido.

Los últimos años con la derecha en el poder autonómico han traído esos aires de eficiencia que tanto demandaba una población hastiada de ver la proliferación de entes paga-favores y genera-sueldos sin fin. El clientelismo amiguil del gran hermano sociata ya cansaba, un sistema clientelar resumido en la foto en el banquillo no de uno sino de nada menos que dos presidentes dos de la Junta de Andalucía socialista, para oprobio de todo socialista de bien salvo para el Mr. Bean patrio que es Zapatero 'el metepatas'.

El PP viajó hacia el centrismo y se ha merendado a ese 'walking dead' llamado Ciudadanos; la antipática Olona no logró ni un solo voto tan mal disfrazada de flamenca de última hora, sin salero ni nada más que esa su agresiva faz de vigilante de campo de concentración alemana. Hasta los votantes del PSOE de-toda-la-vida quisieron frenar a Vox respaldando a esa derecha con la que hasta se puede hablar, la que ya asume que Franco pasó, que ir a misa es solo una opción, como abortar o divorciarse o irse a vivir en pareja. Una derecha modernizada (hasta donde puede) que acepta muchas cosas pero que, sensata, no traga con el todo vale descerebrado del mercado libre del género, ni con el griterío ensordecedor de la mujer desorientada que postula Podemos; una derecha, en fin, que sabe que la riqueza surge de alumbrar empresas rentables que contratan porque prosperan y no las devoran a impuestos sin fin.

Toda una lección la de Juanma Moreno de elegancia y temple en estas elecciones, de honestidad que deja atrás el mal recuerdo de ese PP que anunciaba ruina a base de acoger trincones y con un equipo más que presentable encabezado por la granadina Mari Fran Carazo, eficaz gestora sin mesianismos que ha hecho de contrapeso brillante y castizo a la amargura enrabietada de una Olona autoexiliada hasta de la simpatía y de la empatía humanas.

La izquierda andaluza tiene tarea para sanearse. Tantas siglas confunden a un electorado necesitado de claridad y simplicidad que vota, sabiamente, a los que menos mal lo hacen, esencia de ese bien común que llamamos democracia.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios