La chauna

José Torrente

torrente.j@gmail.com

La preguntita

Sánchez ha trasladado una pregunta a su militancia con la que resolver el teatrillo de su democracia interna

178.651 militantes del PSOE convocados a decidir sobre el futuro de 40 millones de españoles. Era la excusa perfecta para justificar la metamorfosis pactista de Mentiránchez. Sabemos lo que somos, el Estado que se asoció a la UE en 1986, pero es difícil imaginar lo que quedará de España cuando acabe este "procés".

Adriana Lastra y Gabriel Rufián han sido los enviados para abrir la sección de abrazos entre PSOE y ERC. Eso ya es de por sí motivo de pesadumbre. Preguntémonos pues qué hicimos tan mal para merecer tal (des)nivel.

Pablo Iglesias dará la salida al gobierno nonato. La incertidumbre está en no saber cuál es el destino final de la carrera. Sólo Sánchez sabe su verdadera meta, aunque no es difícil imaginar cuál es su ambición. ¿Abrirá el melón de la reforma constitucional, o será de fogueo su veleidad político-republicana-federal?

Sánchez pide la complicidad de sus bases, a las que ha trasladado una pregunta con la que resolver el teatrillo de su democracia interna. Pedía un Sí a esta cuestión: "¿Apoyas el acuerdo alcanzado entre el PSOE y UP para formar un gobierno progresista de coalición?".

Nada hay más conservador que las intenciones de Pedro y Pablo, aunque lo revistan de acuerdo progresista. La pregunta, sin embargo, amaga que ese acuerdo necesita al menos la abstención de los independentistas catalanes, y el soporte del ultraconservadurismo vasco del PNV, afanando competencias y cuantiosos recursos al presupuesto español, sea quien sea el que gobierne.

Porque está muy bien apelar al discurso de "no depender de la ultraderecha". Ante los suyos es una llave que abre todos los candados de la indiferencia progresista o la duda obrera. Pero esconder la necesidad imprescindible de apoyos indeseables para su investidura, en una coalición sin una mayoría suficiente, no es muy estético. La precisión pendiente sería: ¿apruebas tener que depender de los ultraindependentistas de ERC?

Pere Aragonés, en nombre de Junqueras, ha puesto precio al menú separatista. Son las flatulencias de Torra las que lo inspiran, así como el pasaporte de regreso de los exiliados políticos presuntos, políticos fugados por más señas. De entrante: negociación de igual a igual entre gobiernos. De primero: amnistía para sus políticos presos. De segundo: establecer el derecho a la autodeterminación. Postre: in-inde-independensia. Precio: a tomar viento la España de hoy. Y eso en la preguntita no consta dada la incompatibilidad entre Sánchez y la verdad.

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