Los refranes ya no trabajan

Ese de "en abril lluvias mil" está más desfasado que un refresco de Mirinda y que los zapatos Gorila

Los refranes ya no trabajan. Ese de "en abril lluvias mil" está más desfasado que un refresco de Mirinda y que los zapatos Gorila. Abril se ha convertido en un mes caluroso en el que los paraguas son trastos inservibles. Y si esto sigue así pueden convertirse en piezas de museo. Si acaso hay tormentas en este mes preelectoral, estas son políticas, por ese quítate de en medio que voy yo. Menos aún trabaja ese refrán que dice que "hasta el cuarenta de mayo no te quites el sayo". Estoy viendo desde el uno abril muchachas que no solo se han quitado el sayo, sino que toman el sol en las playas en bikini y con los pechos al aire. Por cierto… ¿qué es un sayo? Las botas katiuskas, aquellas con las que nos metíamos en los charcos cuando llovían, se han convertido en un calzado solo exigido para los extravagantes o como objeto kitsch. Pero es que el otro día me puse a leer el periódico y me dio una sed tremenda: en primera página se veían pantanos resquebrajados por la sequía y en el texto se hablaba de las pérdidas millonarias en la agricultura por culpa de la falta de agua. En esta provincia de incongruencia tenemos un pantano convertido en la mayor piscina de Europa mientras al lado hay campos de aguacates y chirimoyos sin regar. "Ya no llueve como antes", oí que decía el otro día un hombre que llevaba muchos años sobre la tierra a otro de similar edad. "No, ya es que ni llueve", le contestó el otro. Yo me acuerdo de que hace cuarenta años los periodistas escribíamos sobre las avionetas destruye nubes, una especie de leyenda aún vigente y que aparece siempre que hay una sequía prolongada. Según esta leyenda hay avionetas que salen por el cielo a echar un frufrú sobre las nubes para que no descarguen agua sobre la tierra. Un día un agricultor de Huéneja me dijo que él había visto una de esas avionetas meterse entre unas nubes negras a punto de descargar y las hizo cambiar de color hasta convertirlas en blancas. Pero es que ahora no hay nubes ni blancas ni negras. Ahora no vale tampoco ese refrán de "al mal tiempo, buena cara" porque siempre hay buen tiempo. ¿Y qué me dicen ese de "marzo ventoso y abril lluvioso hacen a mayo florido y hermoso"? De lo que estoy seguro es de que este mayo no será ni florido ni hermoso: hay elecciones.

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