Rioja y Oro

El paisajista Fran Cisneros lleva un trozo de Sevilla a un palacio de Madrid

Fran Cisneros en el jardín de la Casa Decor 2024.

Fran Cisneros en el jardín de la Casa Decor 2024. / Redacción Sevilla

El paisajista Fran Cisneros lo ha vuelto a hacer. De nuevo, ha tenido muy presente a Sevilla en sus creaciones fuera de Andalucía. La ciudad de la Giralda sigue siendo un referente para este artista de origen jiennense a la hora de reformar y adecuar un espacio verde a los nuevos usos. En este caso se trata de la Casa Decor, en el antiguo Palacio de la Trinidad, un edificio convertido hasta el 26 de mayo en expositor de diseño e interiorismo. Se encuentra en un inmueble -situado en una de las vías más transitadas de Madrid- que sigue las líneas del regionalismo hispalense.

El nombre de Fran Cisneros es de sobra conocido en el arte del paisajismo. Su trayectoria avala dicha fama. Licenciado y con estudios de posgrado en Ciencias Ambientales y Paisajismo, cuenta con importantes proyectos acometidos las últimas décadas. Uno de los más interesantes fue la repoblación del desierto del Gobi, en Pekín, iniciativa participada por la Junta de Extremadura. 

En Sevilla su nombre sonó de forma reiterada en el desfile de Dior organizado a finales de la primavera de 2022, cuando la firma internacional de moda convirtió la Plaza de España en una gran pasarela. La decoración floral vino de parte de este artista, cuyos veranos en la localidad jiennense de Chilluévar marcaron para siempre su destino profesional. 

Una infancia entre olivos

Las largas vacaciones entre campos de olivos y pinares supusieron su primer contacto con la naturaleza. Un vínculo con el entorno más inmediato que le llevó a descubrir la belleza del paisaje. Luego llegaron los estudios universitarios sobre esta materia y después meses de formación en Bolivia, a los que siguieron distintos trabajos de repoblación en Cáceres, al servicio de la Confederación Hidrográfica del Tajo

Su proyecto más reciente lo ha desarrollado en el jardín de la madrileña Casa Decor, donde ha creado una paisaje abierto, en el que impera la biodiversidad. Para ello, Cisneros ha partido del edificio que acoge desde el pasado 11 de abril y hasta el 26 de mayo la exposición anual que hace más de una década reúne a las principales firmas de diseño e interiorismo. Se trata del Palacio de la Trinidad, un inmueble que, pese a construirse en la capital de España, sigue los postulados del regionalismo sevillano, como se percibe en su fachada. 

En la creación de ese paisaje, Cisneros ha jugado con tres conceptos: el agua, las formas redondas y el color rojo. Tres elementos asociados a Sevilla, la ciudad donde reside el artista y fuente de inspiración en muchas de sus obras. 

En tres zonas

El jardín de la Casa Decor se distribuye en tres zonas. La primera la constituye la subida al antiguo Palacio de la Trinidad, que contaba con un frío camino de asfalto. Ahora se ha sustituido por un sendero natural que recrea en su trazado la forma sinuosa de la dársena del Guadalquivir, es decir, el brazo del antiguo río Betis que divide en dos la capital andaluza, dejando en una margen Sevilla y en la otra, Triana. A ambos lados de este recorrido en pendiente se han usado masas de vegetación, macetas y una flor que aporta colorido: el geranio, planta acorde al edificio regionalista. 

La subida al antiguo Palacio de la Trinidad, que recrea la forma de la dársena del Guadalquivir. La subida al antiguo Palacio de la Trinidad, que recrea la forma de la dársena del Guadalquivir.

La subida al antiguo Palacio de la Trinidad, que recrea la forma de la dársena del Guadalquivir. / Redacción Sevilla

La segunda zona es la denominada como área de descanso. En ella se emplean -en palabras de Cisneros- "elementos escultóricos que aporta la propia naturaleza", como una roca en la que anidan pájaros y árboles de gran tamaño con los que se crean espacios de sombra para días de calor. El refugio idóneo para desconectar por unos minutos (u horas). 

La tercera zona y quizás la más impactante en cuanto a diseño es la que sirve de entrada al palacio. En ella destaca el empleo de dos elementos que no pasan desapercibidos para el visitante. Por un lado, el muro de espejo por el que cae el agua, que sirve de reflejo del propio jardín y del edificio regionalista. Y, por otro, el uso del rojo en los geranios y en los árboles reciclados, los cuales fueron un día pasto de las llamas. Símbolo de la segunda vida que logran tales ejemplares después de ser teñidos con este color, también asociado a Sevilla. 

El rojo y el reciclaje

Un detalle cromático que recuerda a las numerosas rosas y claveles de la misma tonalidad que Cisneros empleó en la decoración de la Plaza de España para el desfile de Dior, cuando recreó los paisajes que forma el Guadalquivir -siempre presente en sus obras- a lo largo de su cauce. Del sentido del río en este jardín madrileño habla el propio paisajista en la presentación del proyecto: "al igual que la dársena del Guadalquivir es un brazo muerto donde la vida tiene lugar gracias al caminar diario de su gente, el Palacio de la Trinidad, que hasta hace bien poco se encontraba en un estado de inactividad, cobra ahora vida gracias a Casa Decor 2024 y refleja un dinamismo que antes no estaba presente". 

El espejo de agua que sirve de entrada al Palacio de la Trinidad. El espejo de agua que sirve de entrada al Palacio de la Trinidad.

El espejo de agua que sirve de entrada al Palacio de la Trinidad. / Redacción Sevilla

El antiguo Betis como hilo conductor de la creación, de ahí la vegetación elegida. Ciruelos y manzanos, así como plantas típicas de la ribera del río que se suceden en este paisaje de inspiración andaluza. Ejemplares a los que también se les dará una segunda vida cuando concluya la exposición, pues se destinarán a reforestar colegios y residencias de la zona. 

Respecto al uso del rojo, Cisneros explica que "representa un concepto más vanguardista en contraste con la vegetación tradicional, donde imperan las distintas tonalidades del verde". Para ello, se han reciclado árboles de un jardín que se incendió en 2023 y que se han teñido. Se trata de usar "puntos de contraste cromático", como ocurre con los geranios. No es el único elemento al que se le da una segunda vida, pues en el sendero de subida al palacio se han empleado pequeños cristales de vidrio reciclado para cubrir el camino. Todo ello con un mensaje: "la recuperación y el renacimiento después de la adversidad".

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