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Presión, posesión, valentía y empate final más que justo

  • Caparrós apostó por dos delanteros puros, y esta vez sí salió bien

Sorprendió a muchos Caparrós en la rueda de prensa del sábado previa al choque de ayer cuando indicó que la ausencia de Javi Márquez le condicionaba el once titular en el choque ante el Valencia. Es obvio que lo que el técnico quería decir es que si el talentoso centrocampista hubiese estado disponible, el sistema utilizado ante el cuadro che hubiera sido el 1-4-2-3-1 de los dos anteriores encuentros, con Rochina ante el Almería el propio Márquez frente al Sevilla ocupando la plaza del media punta que acompaña a un único delantero. La ausencia de ambos por lesión provocó que el Granada volviera al 1-4-4-2 de casi todos los encuentros de la presente campaña. Tan fácil es intuir lo que quería transmitir con eso de que la baja de Márquez le condicionaba su alineación como pensar en lo raro que suena que tu once inicial dependa de uno de los hombres con más talento al que menos ha aprovechado hasta ahora, de un futbolista que en los trece encuentros anteriores solo fue titular dos veces y que en la anterior comparecencia en casa contra el Almería no jugó ni un solo minuto.

cambios

El décimo cuarto once titular del Granada en otras tantas jornadas trajo como novedades la vuelta de Nyom al lateral diestro, la ubicación de Foulquier como interior en esa misma banda, lo que llevó a Piti a la izquierda, y la dupla Jhon Córdoba-El Arabi como punta de lanza. Dos de los futbolistas citados, Foulquier y Córdoba, protagonizaron los primeros intentos ofensivos de los rojiblancos. Al galo se le vio medianamente cómodo como hombre avanzado en la diestra, donde ayudó mucho a Nyom en tareas defensivas y percutió en ataque con insistencia y peligro gracias a su velocidad. El colombiano, por su parte, se mostró más móvil y participativo que otras veces, auxiliando casi siempre a los suyos en la salida de balón y fajándose bien con los zagueros rivales.

inferioridad

Lo que sí provocó el sistema usado por Caparrós en algunos momentos es inferioridad rojiblanca en la medular. Nuno, técnico del Valencia, formó con tres centrocampistas puros como Javi Fuego, André Gomes y Parejo, que muy bien auxiliados siempre por los zagueros y los extremos levantinos llevó al cuadro blanco a firmar algunas posesiones largas con relativa comodidad a la hora de tocar el balón y de llegar con peligro al área rival. Hubo fases del choque en que la presión del Granada provocó robos de balón arriba, aunque el paso de los minutos y la citada superioridad por el medio permitieron a los visitantes tener y tocar más el esférico.

presión

La presión del Granada fue más incisiva y evidente en el segundo tiempo, cuando achuchó casi en todo el campo ante la salida de balón del Valencia. Esto permitió minimizar la inferioridad referida y provocó algunas pérdidas en el oponente. En ataque, el equipo fue capaz de alargar más sus posesiones. Buena culpa de ello la tuvieron los dos centrales, Babin y Murillo, que salieron varias veces desde atrás con el cuero controlado, facilitando el juego de los suyos.

sin cambios

A diferencia de lo ocurrido en la mayoría de encuentros de esta campaña, Caparrós no cambió hasta bien entrado el partido (Success por Jhon Córdoba) y solo realizó una sustitución. El relevó fue positivo, ya que el Granada, por fin, marcó y pescó un justo triunfo. La evidente mejoría del equipo se comprobó con la ovación final del público. Empate pero aplausos. Al Córdoba se le ganó y hubo pitos.

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