Dichos, refranes, cantares...

El martes es un día de mala suerte y era martes el día en el que se dilucidaba el nuevo equipo de gobierno local

ES el mundo un barrizal / y no hay medio de cruzarlo/ llegando limpio al final. Son versos de la poeta sevillana Gloria de la Prada. Ella centraba en los cantares el saber popular y se dedicó a cultivar los propios. Cantares, refranes, servían para advertir, para ilustrar, para educar, en definitiva, a un pueblo mayoritariamente analfabeto. Frases cortas, pegadizas, que llevaban toda una lección, reglas de conducta a seguir que a la postre ayudaban a aplicar una lógica a la vida. Hoy, que todos somos 'cultos latiniparlos', los hemos olvidado y caminamos enlodados de los pies a la cabeza.

"En martes ni te cases ni te embarques" o "para un hombre desgraciado, todos los días son martes". El martes era un día de mala suerte, pues en la mitología latina se consagraba al dios de la guerra. Era martes el día en el que se dilucidaba el nuevo equipo de gobierno local, y nadie fue consciente. O sí. Aunque, al igual que está ocurriendo con el cambio climático, volviendo del revés todo pronóstico, de la misma manera, también, pareciera que el refranero está perdiendo validez. Pues, escuchando las declaraciones de ciertos personajes políticos en los últimos tiempos o mirando el rostro del alcalde que finalmente ha resultado victorioso en la contienda de escorpiones y de ciertas concejalas reelegidas, sentencias del tipo: "tiempo pasado, nunca tornado", resultan como poco irrisorias, eso o que "toda excepción viene a confirmar la regla". Porque aún "cuando el dedo señala a la luna, el imbécil mira el dedo", mantiene toda su actualidad, los veo a diario en la sección de política de las noticias o con la boca abierta y la baba precipitándose sobre el micrófono de un ordenador cuya cámara, conectada siempre, les encumbra, por mucho que no sepan mirar otra cosa que el índice que señala. Se cuentan entonces por miles, por cientos, los seguidores que abanderan el "quien no te conozca, que te compre". Y compran con votos a unos, con likes a otros y el imbécil se empodera o se enriquece y por una módica cantidad millonaria adquiere en Andorra un casoplón. Y es que "sin tigres en el monte, el mono es el rey", no hay más que conectar un televisor, no importa en qué canal, para escuchar los gruñidos en sus discursos, los chillidos en los debates. Y Tarzán murió en 1984. No hay nadie que nos salve de los monos.

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