Fleming

La Universidad acaba de presentar diez proyectos con los que espera conseguir hasta 226 millones de los fondos europeos

De joven leí una frase que quizá había escrito Jaume Perich, 'el Perich', un brillante humorista de la época. La frase era más o menos así: "el problema de la investigación en España no tendrá solución mientras sigamos diciendo que Fleming descubrió la penicilina por casualidad y que el Barça ganó el domingo porque Rexach es un genio".

No tengo problema en reconocer el talento de Rexach. Pero el talento de la gente de ciencia sigue estando poco reconocido y peor pagado. Quizá como un síntoma, en Granada la calle Doctor Fleming es estrecha y fea. Seguramente pocos saben donde está y menos sabrán quién era el tal Fleming. En cambio, todo el mundo sabe dónde está la discoteca Fleming: el mismo casticismo capaz de convertir a Pedro Antonio en un inseparable compañero de juergas ha hecho de Fleming el santo patrón, no de la medicina, sino de la química etílica y psicotrópica.

La Universidad acaba de presentar diez proyectos con los que espera conseguir hasta 226 millones de los fondos europeos. Con ese dinero, la UGR quiere consolidarse como un referente internacional en la investigación sobre inteligencia artificial y avanzar en campos como las energías renovables, la edificación sostenible y la biomedicina. De paso, puede lograr algo en lo que las administraciones han fracasado, para su vergüenza, en las últimas décadas: rescatar la Azucarera, un sobresaliente exponente del patrimonio industrial granadino, de las garras de la especulación. Pues allí podría establecerse uno de los centros costeados con esos fondos europeos.

Hace bien la UGR buscando financiación en Europa, porque en el Ayuntamiento de Nuestro Salvador algunos concejales siguen soñando con espectáculos de luz y sonido en la Alhambra y con obligar a los turistas a entrar a la ciudad por un túnel que los vomite en el centro. La Granada de charanga y pandereta se sigue encomendando al Gordo de Navidad, al pescaíto frito y a la Virgen de la Angustias para salir de pobres. Si llegan los millones europeos pensarán que ha sucedido, como en la canción de Gabinete Caligari, "por la más pura casualidad". Mientras, la Granada del cincel y de la maza, que incluye mujeres y hombres de ciencia y otros que gustan de hacer bien su trabajo, lleva años intentando construir una ciudad mejor ante la indiferencia de muchos. Ahora han presentado diez proyectos para conseguir fondos europeos. A ver si tienen suerte, como Fleming.

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