Ahora que acaba de iniciar un curso político que se adivina, más que calentito, achicharrante, debemos de practicar la virtud de conservar el buen humor en todo momento ante los variados acontecimientos que nos esperan, Diada catalana, exhumación de Franco, elecciones autonómicas, municipales y europeas, incoherencias constantes del desgobierno sanchista como heredero del peor zapaterismo desilustrado y psicodélico, lazos emplasticando Cataluña de amarillo Piolín, y, cómo no, chistorradas a cientos del máximo representante de la superioridad racial catalana, Don Quim Torra, y de su comandante en jefe, Puigdemont.

Y es que un jajaja a tiempo va a hacer más por nuestra salud que cualquier mitin, sermón político o tertulia sectaria, de los que seguro que no nos libraremos. En este clima de humor, del que debemos participar irremediablemente como medicina segura ante lo que nos espera, también deberíamos reírnos de nuestra propia presencia en esta Andalucía que nos ha tocado en desgracia, pero también en gracia... Esto es, para reírnos de nosotros mismos. Esta es la humorística propuesta de El Bolardo, noticiero digital que apunta a que la capital sevillana pretende que Andalucía se llame directamente Sevilla, porque "mejor que un mi arma no hay ná".

Pensándolo bien, quizás sea momento para que el esfuerzo de los sevillanos por dominar toda esta Comunidad deba surtir sus bienaventurados efectos sobre Sevilla, y premiarla con que toda Andalucía tome su nombre como propio, porque "hay que dejarse de historias y ser sinceros: Andalucía es Sevilla y punto". Tanto monta, monta tanto, Sevilla es Andalucía y Andalucía es Sevilla. Y Gibraltar, y la Alhambra…

¡Y la cantidad de subvenciones, infraestructuras, inversiones, progreso y dinero que nos esperan! Esta es, sin duda, la mejor solución para Granada y su región, la que por fin nos va a sacar de la postergación y el abandono institucional que padecemos desde hace 40 años. El régimen atenderá nuestras demandas y nos colocará al nivel de Sevilla en modernidad y riqueza, cómo no se nos había ocurrido antes.

Los granadinos seremos sevillanos, y la Alhambra estará por fin en Sevilla, y Sierra Nevada, y los Reyes Católicos, y el Parque de las Ciencias, y llegarán los tropecientos AVE que llegan a Sevilla al día. Qué ilusión. Como los mandamases de la Junta saben que a muchos no nos gusta ser andaluces, ya no vamos a ser andaluces, vamos a ser directamente sevillanos, qué detalle. En fin, Sevilla con humor…