Rosa de los vientos

Pilar Bensusan

bensusan@ugr.es

Otra falsa esperanza

Es imprescindible que los políticos electos trabajen definitivamente para que Granada salga de la postergación y el abandono

Lleva unos días extendiéndose en Granada la idea de que la inminente creación de la Agencia Estatal de Salud Pública, tras la aprobación por el Consejo de Ministros del proyecto de ley al respecto, podría/debería culminar con su establecimiento en nuestra ciudad.

Los argumentos que se han esgrimido se centran fundamentalmente en que la ubicación en Granada de tan importante sede serviría para reparar el agravio que hemos sufrido después de la fulminación de la Escuela Andaluza de Salud Pública de nuestra ciudad.

Hay quien añade que, dado que nos quitaron descaradamente la AESIA, adjudicándosela a La Coruña, con evidentes menos méritos que Granada, deberían de recompensarnos con la AESP. Incluso Moreno Bonilla se lo ha pedido al Gobierno y Carazo ha indicado que espera que el procedimiento que el Gobierno apruebe para la elección de la sede de la AESP sea transparente y claro, para evitar que se repita el fiasco de la AESIA.

Aparte de buenas intenciones, el presidente andaluz debería recordar que en su día no luchó por los intereses de Granada, porque no quería poner en peligro que la Agencia Espacial Española fuese para Sevilla, y pedir la AESIA para Granada era ya pedir demasiado, vaya que los sevillanos perdieran la agencia del espacio y porque dos agencias para Andalucía también eran demasiado …

En lo que respecta a la deseable adjudicación de la AESP para Granada, olvidan los aludidos que miembros del Gobierno han manifestado ya su voluntad de que dicha Agencia se quede en Madrid. Es cierto que Granada está más que preparada para albergar tan importante sede y coincido con ellos en que Granada sería una sede ideal para la AESP, pero Madrid dispone de 38 hospitales pertenecientes al Sistema Nacional de Salud y un gran potencial en la materia.

No es que esto nos deba causar más desazón a los granadinos de la que ya tenemos por nuestra situación, pero no deberíamos albergar falsas esperanzas en algo que, a todas luces, parece evidente que no va a venir a Granada, ojalá me equivoque. Tampoco, quienes gobiernan nuestra ciudad y Andalucía, deberían utilizar este asunto políticamente, porque en nada nos beneficia.

Es imprescindible que Granada y los granadinos, que estamos a la cola de España en todos los parámetros, no alberguemos otra falsa esperanza más para nuestra tierra. También es imprescindible que los políticos electos por nuestra tierra trabajen definitivamente para que Granada salga de una vez de la postergación y el abandono en el que se encuentra, para que nuestras falsas esperanzas se conviertan de una vez en esperanzas reales.

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