Sucesión en el PSOE

Sánchez, Madina y Tapias prometen no ensuciar el epílogo de la campaña

  • Coinciden en reclamar "unidad" venza quien venza. 198.123 militantes decidirán quién renueva la cúpula socialista.

Los tres candidatos a liderar el PSOE -Pedro Sánchez, Eduardo Madina y José Antonio Pérez Tapias- apelaron ayer al "juego limpio" en el último tramo de la campaña para la consulta de mañana para no condicionar el voto de los militantes y confiaron en que prime la unidad a partir del día 14.

Finalmente son 198.123 los militantes socialistas llamados a elegir a su secretario general, 655 más de los 197.468 que pudieron avalar hasta el pasado 27 de junio. Ya habían solicitado afiliarse antes de que se cerrara el censo. Uno de ellos será el todavía secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, que depositará el voto para elegir a su sucesor como un militante, en este caso en la agrupación socialista de Majadahonda (Madrid).

Para la votación se han habilitado 3.232 centros en las agrupaciones locales del partido, donde se instalarán 7.100 urnas de cartón y 3.248 mesas electorales, en las que estarán 2.210 interventores de las candidaturas, 2.510 apoderados y 9.774 miembros de mesas electorales.

Se han impreso 780.000 papeletas -260.000 por candidatura- en las que puede leerse: "Doy mi voto a la candidatura de", seguido del nombre del candidato a tamaño más grande, aunque sólo serán válidas si van introducidas en su correspondiente sobre.

La dirección federal prevé ofrecer datos de participación a las 14:30 y las 18:30 y asegura que aplicará al resultado del escrutinio la "máxima transparencia", orgullosa de un proceso en el que van a ser sus militantes los que renueven a su líder, dijo el secretario de Organización, Óscar López.

La militancia podrá votar entre las diez de la mañana y las ocho de la tarde. Hasta entonces, los aspirantes apuran la campaña, en la que prometen limpieza, después de que el jueves se publicara que Sánchez había formado parte de la asamblea general de Caja Madrid en representación del Ayuntamiento de Madrid y se le intentara vincular con Miguel Blesa.

En la candidatura de Sánchez se relaciona esa "filtración interesada" con el entorno de Madina, que lo negó. Sánchez se queja de las "malas artes de algunos", alega que nunca había ocultado su pertenencia a la asamblea, que no cobraba por asistir a sus reuniones y que ese órgano no tomaba decisiones ni sobre preferentes ni sobre la compra del Banco de Miami.

El candidato que más avales consiguió hizo un llamamiento para que los militantes puedan votar libremente y que no se vulnere ni se intente condicionar su voluntad con informaciones ajenas al proceso. Después de señalar que confía en "el buen nombre" de su compañero, Madina sostuvo que ni él ni su equipo son los autores de la información y explicó que habló con él el mismo día de la polémica para ponerse a su disposición en "lo que necesitara".

Pérez Tapias también mostró su confianza en Sánchez, si bien deseó que aporte explicaciones añadidas sobre otros puntos que puedan suscitar interrogantes en la ciudadanía o en la militancia.

Los tres coincidieron en la necesidad de que el PSOE salga unido y fuerte del proceso y recordaron que el "enemigo" es el PP.

La mayoría de los secretarios territoriales guardan silencio, sobre todo tras el revés de intentar promover una candidatura unitaria en torno a Susana Díaz.

Sin embargo, el castellanomanchego Emiliano García-Page rompió una lanza en favor de la "honestidad a prueba de bomba" de los tres aspirantes. Y una advertencia del extremeño Guillermo Fernández Vara, cuya federación fue la que mejor resultado obtuvo en las elecciones europeas de mayo: a partir de mañana, los dirigentes regionales quedan "en situación de interinos" hasta que se sometan al mismo proceso de elección.

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