Rosa de los vientos

Pilar Bensusan

bensusan@ugr.es

Edadismo

Las fobias que sufren los mayores no las aborda el nuestro Estado social, que prefiere emplear su dinero en otros colectivos

Martin Scorsese, Ridley Scott, Woody Allen, todos afamados directores de cine con muchas cosas en común: prestigiosos, estrenan película ahora y pasan de 80 años.

El edadismo fue un término acuñado por Robert Butler en la década de los 60 para referirse a los estereotipos y prejuicios existentes en relación a la edad, pero yo añadiría mucho más a esa realidad que sufren muchas personas a partir de una determinada edad.

Añadiría discriminación, desprecio, odio, descrédito, rechazo, marginación, inexistencia…, son muchos de los sentimientos que tienen que padecer las personas desde una determinada edad, que no es fija y ronda los 70-80 años, pero que varía en función de cada individuo y que desgraciadamente suelen ir unidos a su aspecto físico.

Luego hay otro colectivo del que tampoco quiero olvidarme, el de los mayores de 50 años, que, siendo jóvenes y estando en su plenitud intelectual, esto es, no estando todavía en el edadismo, sufren sin embargo las consecuencias del ?pre-edadismo, siendo rechazados exclusivamente por su edad para múltiples trabajos para los que están mucho más capacitados por su experiencia vital que los jóvenes.

Las fobias variopintas que sufren los mayores no son sin embargo abordadas por nuestro Estado social, que las oculta, al igual que se ha ocultado el problema del suicidio durante décadas, y que prefiere emplear todo su esfuerzo y dinero en otros colectivos, con gran afán igualitario, mientras sorprendentemente ignora a este enorme colectivo que sufre a diario una importante discriminación -silenciosa o no– y que nadie aborda ni tan siquiera como problema existente. Y no es sólo el problema digital-bancario, cuya supuesta solución provocó mucho ruido político, pero que finalmente se está quedando en un bluf y que supone una auténtica pesadilla para nuestros mayores, hay otros mucho más sutiles…

He contemplado cómo les indican que no hay ropa de su estilo en tiendas supuestamente más juveniles, o que esa falda que pretenden comprarse es demasiado corta para su edad o que deberían ponerse el ?pelo-casco de Darth Vader en vez de la melenita inapropiada para sus 70… Por eso me encanta la diseñadora neoyorkina Vera Wang, que a sus 74 años está mucho mejor que muchas mujeres de 20, y que da vivo ejemplo de que la plenitud existe a cualquier edad.

Miguel de Cervantes escribió la obra cumbre de la literatura universal con 58 años y 418 años después sigue sin haber sido superada y de plena actualidad. Nuestra sociedad no puede permanecer en silencio ante esta perversa discriminación, tan intolerable como las demás.

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